abril 27, 2014

Intelectuales y Dictadores

¿Cuáles son los derechos de los escritores y de los artistas revolucionarios o no revolucionarios? Dentro de la Revolución: todo; contra la Revolución: ningún derecho.
Fidel Castro.

Pedro Corzo
La muerte del Nobel de literatura Gabriel García Márquez, sitúa una vez más el tema de la fascinación que padecen algunos intelectuales ante el poder político, en particular, cuando este está representado por un dictador que encarna ideas extremistas.

García Márquez fue un adorador de Fidel Castro. Nunca puso reparo a los abusos de su gobierno. A pesar de su indiscutible talento, fue absolutamente insensible a la situación de los derechos humanos en Cuba.

La isla era para el laureado escritor un centro de veraneo. Disfrutó de riquezas extremas en medio de la crónica pobreza material y espiritual que impuso el totalitarismo castrista en Cuba.

Muchos escritores, pintores, creadores en general fueron cautivados por el proceso insurreccional y posterior triunfo de ese proceso. Confiaron que se iniciaba en Cuba, con posibilidades de extenderse al resto del hemisferio, un proceso de justicia social con libertad.

Los abusos y fracasos acabaron con el encantamiento de muchos de esos intelectuales. Se decepcionaron del proceso y de su conductor, pero ese no fue el caso de Gabriel García Márquez, quien según pasaba el tiempo y Fidel Castro sumaba muertes y violaciones a los derechos humanos, la amistad y la admiración entre ambos se profundizaba.

Algo similar ocurrió con los muchos intelectuales que adoraron a José Stalin.

Por ejemplo Rafael Alberti, escribió cuando murió el dictador soviético, “Padre y maestro y camarada: quiero llorar, quiero cantar. Que el agua clara me ilumine, que tu alma clara me ilumine en esta noche en que te vas”. Pablo Neruda no se quedó corto y manifesto, “Stalin es el mediodía, la madurez del hombre y de los pueblos...Stalin alza, limpia, construye, fortifica, preserva, mira, protege, alimenta”. Nicolás Guillen expresó, en la Canción a Stalin, “Stalin, Capitán, a quien Changó proteja y a quien resguarde Ochún. A tu lado, cantando, los hombres libres van”, y el poeta Antonio Machado señaló, “es la mano abierta y generosa, el corazón hospitalario para todos los hombres libres”.

Adolfo Hitler también contó con admiradores en el mundo intelectual. Se afirma que el filósofo Martin Heidegger, considerado uno de los pensadores más importantes del siglo XX, simpatizaba con el dictador nazi, y Gunter Grass, admitió haber pertenecido a las SS, fuerzas nazis de elite, y Leni Riefenstahl, fue calificada de haber sido la cineasta oficial de nazismo.

Hugo Chávez, el caudillo venezolano, fue venerado por más de un creador, destacándose entre ellos el realizador Oliver Stone, que siente por Fidel Castro igual devoción, sin embargo hay que destacar que García Márquez apenas escribió sobre el déspota venezolano, teniendo en cuenta el protagonismo hemisférico que este tuvo por un largo periodo de tiempo y la amistad que unía a ambos con Fidel Castro. 

El ensayista cubano Jacobo Machover, en su libro el “Sueño de la Barbarie” denuncia como autores de la talla de Jean Paul Sartre le hicieron el juego al castrismo por un periodo de tiempo, y que personalidades como Ignacio Ramonet y José Saramago, entre otros, siguen defendiendo la tiranía de más de cinco décadas de los hermanos Castro.

No obstante la devoción de García Márquez por Fidel Castro es la más difícil de entender, porque el laureado escritor tuvo la oportunidad de ser testigo del triunfo de la insurrección, pero también del deterioro del régimen.

García Marques prefirió ignorar lo que sucedía en Cuba por conservar la amistad de Castro. Calló ante los fusilamientos, prisiones, exilio, la destrucción económica del país, la exportación de la subversión desde La Habana al resto del continente, y la subordinación del régimen a la Unión Soviética. 

El supo del caso Heberto Padilla y del exilio de Guillermo Cabrera Infante y del ostracismo interno y externo que padecieron muchos de sus pares de la isla. 

La conducta del autor de Cien Años de Soledad, conduce a pensar que el talento puede no ser compatible con el más elemental sentido de justicia y puede ser capaz de generar un ambiente de "realismo mágico" que propicie ignorar todo aquello que colisiona con sus pensamientos e intereses.

El gobierno de Cuba valoró con tanta estima la aquiescencia  de García Márquez que el propio Fidel Castro le entregó una lujosa casa de protocolo y le distinguió  con las medallas Haydee Santamaría y la Orden Félix Varela.


García Márquez el escritor deja una profunda huella en la literatura mundial, el hombre lamentablemente deja muchas preguntas sin respuestas, entre ellas su amistad con Fidel Castro y por qué no vivió y murió en Colombia, si como dice el presidente Juan Manuel Santos fue el más ilustre de los colombianos.

Diálogo o confrontación

Pedro Corzo
No hay disputas por trágicas que sean que no se resuelvan por medio de conversaciones entre las partes en pugna.

La historia está repleta de cruentas guerras y de posteriores negociaciones en las que el fin del conflictos se logra por medio de conversaciones y ulteriores pactos, cierto que por lo regular hay un perdedor, pero es una regla con muchas excepciones, en particular, cuando las partes están conscientes de que no están en capacidad para destruir a la otra.

La oposición política en Venezuela siempre se ha ajustado a las reglas de convivencia que impone la democracia. Los políticos que rivalizan con el chavismo  han actuado ajustados a derecho. Han respetado la institucionalidad del país aunque el gobierno la haya violentado en innumerables ocasiones.

Por otra parte la constitución ha sido siempre interpretada a la “manera” que le conviene al gobierno. Por ejemplo,  cuando se decidió que se ajustaba a la Carta Magna que Nicolás Maduro continuara en la presidencia después de la muerte de Hugo Chávez, y que se podía postular al cargo  sin violar lo prescrito en la Constitución.

Tanto la candidatura de Maduro como su elección,  estuvo envuelto en una maraña de interpretaciones inspiradas en la exclusiva conveniencia del grupo de gobierno.

La realidad es que si la autocracia Maduro-Cabello accedió a conversar con la oposición no fue porque ésta se lo pudo haber demandado en múltiples ocasiones,  sino porque un sector del pueblo venezolano hizo, y lo continúa haciendo,  gala de un heroísmo que ha conmovido los cimientos del régimen.

Durante todos estos años los demócratas venezolanos han hecho grandes esfuerzos y sacrificios para conciliar las diferencias con el gobierno, a pesar de las constantes ofensas y descalificaciones procedentes del oficialismo.

Ha participado en elecciones en las que sus victorias han sido escamoteadas por regulaciones del ejecutivo o por decisiones judiciales. Sus derechos han sido restringidos y su acceso a los medios de comunicación cada vez son más limitados.


Recientemente una diputada, María Corina Machado, fue separada de su bancada. Varios alcaldes han sido encarcelados y líderes de la talla de Leopoldo López criminalizado y encarcelado por defender sus convicciones.

La autocracia venezolana siempre ha dado pocas muestras de respetar a las fuerzas políticas que le adversan. El desaparecido presidente Hugo Chávez nunca consideró a la oposición como rival o adversario político, sino como enemigos que había que destruir. Una enseñanza en la que su heredero  Maduro ha sentado cátedra.

El desprecio del chavismo hacia la oposición es congénito en todo régimen despótico. Por años ha intentado desacreditarla, destruirla, y dejar el país sin otra opción que no sea la que el gobierno ha procurado imponer en los últimos quince años. 

Si hay un dialogo en Venezuela, independiente a sus resultados, no fue porque los gobernantes cambiaran sus perspectivas, sino porque un sector de la oposición ha demostrado disposición a enfrentar las consecuencias con unas protestas cívicas tan ejemplares, que hasta los aliados en la Unión de Naciones del Sur, UNASUR,  de Maduro,  le recomendaron que lo políticamente correcto era reunirse con la oposición y buscar puntos de encuentro.

Maduro siguió el consejo, aunque previamente había contado  con la complicidad de la Organización de Estados Americanos, porque el país estaba al borde la ingobernabilidad. La opinión pública internacional estaba pendiente de lo que acontecía en Venezuela. Los estudiantes se ganaron la admiración y el respeto de todo individuo comprometido con la libertad. Fueron muchos sus sacrificios, al extremo que varios estudiantes entregaron sus vidas en el reclamo de sus derechos.

Sin dudas que el dialogo es necesario, ojala el gobierno muestre tolerancia, compresión y que la sensatez prime sobre las diferencias, y se lleguen a acuerdos que permitan a todos los ciudadanos disfrutar de sus derechos, pero no se puede pasar por alto que el presidente Maduro dijo "no pacto o negociación, solo voluntad de paz. Queremos un modelo de convivencia, de tolerancia", o como expresó el canciller Elías Jaua, "el Presidente ganó el mandato del pueblo y no puede hacer lo que pretende la MUD como gobierno".

La oposición tanto la que dialoga como la que continúan en las calles protestando debe blindarse contra cualquier intento de división de parte del gobierno, María Corina Machado lo dijo en Bruselas, “Hay una pretensión de dividir las fuerzas democráticas en Venezuela que sale directamente de Cuba.”

Por su parte Antonio Ledezma, Alcalde Metropolitano de Caracas,  fue enfático cuando dijo que el movimiento estudiantil que está en las calles, tiene el liderazgo en la democratización del país, y señaló que el objetivo fundamental de esa lucha es conseguir una genuina separación de poderes para restablecer la democracia en el país.

abril 22, 2014

Los antihéroes

Pedro Corzo
Si la sociedad enfrenta una profunda crisis de valores e identidad como afirman muchos sociólogos y analistas, un factor posible puede ser que el individuo en el presente sufre retos generados por el fortalecimiento del respeto a los derechos humanos y por desarrollos tecnológico sin precedentes.

Tal vez como nunca antes el hogar y la escuela son fundamentales para la formación del ciudadano y en ambos ambientes, por lo expuesto anteriormente, también la crisis es profunda.

Es una penosa realidad que las familias disfuncionales aumentan en un número importante, y muchos maestros y padres no tienen conciencia de la responsabilidad que implica enseñar y menos aun educar.

Una escuela que instruya a los educandos en el respeto a los demás, el entendimiento y la tolerancia, pero también en el concepto que los derechos conllevan deberes, es fundamental para que los ciudadanos no se conviertan en victimarios, pero tampoco en víctimas de los depredadores.

Pero independiente de las escuelas, la familia y la “calle”, las nuevas generaciones enfrentan tentaciones difíciles de resistir y entre todas se destacan las programaciones de los medios informativos y los progresos en la informáticas que superan la capacidad del individuo de entender beneficios y peligros.

El mal no está solo en el abusador que seduce a un menor por internet o roba la identidad de un tercero, tampoco en la adicción por el mundo virtual que puede atrofiar sentidos, hay otros factores negativos y quizás de mayor peligro,  que afectan amplios sectores de la ciudadanía, en particular  a los más vulnerables la niñez y la juventud.

 Las producciones artísticas o que pretenden serlo, en las que se exaltan la violencia y los criminales, que saturan medios como la televisión,  son factores que pueden inducir a que algunas personas consideren que el crimen si paga y que lo que haya que hacer para enriquecerse, disfrutar comodidades, lujos y placeres inimaginables, es un camino fácil en el que los derechos de los otros no tienen que ser respetados.

La violencia, la codicia, el crimen y otras prácticas nada decorosas han sido temas de numerosas obras literarias, fílmicas y musicales,   la diferencia está que en los últimos tiempos los criminales en muchas de esas obras no pagan sus culpas, terminan ricos y evadiendo la justicia. 

En el pasado los autores y promotores de arte en sus obras exponían los crímenes de los malos y estos  eran irremediablemente castigados.

Las escuelas educaban en las gestas de hombres y mujeres que se habían sacrificados por el prójimo, que la historia de estos patricios era edulcorada no está a discusión, pero el saldo de vida de ellos era positivo. También ilustraban en torno a la Moral y Cívica, en el respeto a los demás, formación que ha sido desechada en muchos países.

Fuera de las escuelas los patrones eran fantásticos,  pero justicieros. Superman, Batman o la Mujer Maravilla, siempre hacían el bien.

En el presente a los narcotraficantes les componen canciones en las que son exaltados  como si fueran héroes, pero peor aún, la televisión y el cine, superan ese mal ejemplo.

Antes las películas  más violentas de Hollywood terminaban con el criminal preso o muerto, en la actualidad con frecuencia burlan a la justicia o el final abierto del film, deja a la imaginación el resultado. Vemos defensores de la ley asesinar para obtener un objetivo o torturar para obtener una confesión, todo vale.

Los libretos excusan al ladrón, narcotraficante y al asesino. El origen humilde del protagonista justifica el crimen. La pobreza extrema ampara al criminal, que delinque porque es presentada como una madre amorosa o un padre protector.

Un caso reciente ilustra la situación. La cobertura del arresto del narcotraficante en gran escala, Joaquín "El Chapo" Guzmán, superó en varios medios la que se hizo a los sangrientos acontecimientos de  Venezuela y Ucrania.


Los medios deberían enfatizar que sujetos como Guzmán, Pablo Escobar,  Griselda Blanco, González Gacha y muchos más, son criminales, depredadores sociales, individuos que destruyen,  y que si en alguna ocasión fueron generosos fue con el propósito de encubrir sus crímenes que eran los que le habían proveído las riquezas que ostentaban.

Los niños son como las esponjas, lo absorben todo sin detenerse,  y la juventud tiende a creer que todo es posible, por tanto no les es difícil asumir como válidos los héroes negativos que los medios de información tienden a ofrecerles.

Pero también es cierto lo que dice el periodista Andrés Hernández Alende, ante situaciones como estas la alternativa es apagar el televisor o no llevar al cine a los menores, porque lo que si no es posible es que la libertad de expresión y creación sean eliminadas.

abril 21, 2014

Venezuela, laboratorio represivo de los Castro

Pedro Corzo
Muchos consideran que los principales rubros de exportación del castrismo son los servicios médicos y otras categorías de profesionales, pero olvidan incluir otros más singulares y productivos,  que aunque habían sido facilitados a otros países, ha sido en Venezuela donde mejor se ha podido apreciar su sofisticación y los grandes beneficios que recibe el proveedor, Cuba, a cambio.

Venezuela es para el régimen de los hermanos Castro una especie de laboratorio en el que ha podido ensayar nuevas tácticas represivas, desestabilizadoras, divisivas, readaptar viejas  fórmulas restrictivas e instrumentar sistemas de control acorde con los nuevos medios de comunicación.

Es una realidad que las más de cinco décadas de régimen totalitario de los Castro, le ha permitido sumir al pueblo cubano en niveles de pobreza extrema y en una lastimosa crisis de valores que solo se revertirá cuando el compañero se convierta en ciudadano, recupere la esperanza y sea capaz de construir su propio futuro.

Pero el fracaso en procurar para los gobernados un mejor nivel de vida y de oportunidades,  no han afectado a los funcionarios del régimen, ya que han adquirido sustanciales y variados conocimientos y experiencias en ramas del poder, que aunque no son propiamente productivas,  hacen posible que conserven el mando y recibir beneficios tangibles e intangibles cuando exportan a mercados especiales, ávidos de ese conocimiento, lo que en inglés se denomina “knowledge”.

En todo el hemisferio no hay un aparato represivo con la experiencia del cubano, ni con similar capacidad de mutar de victimario a víctima. Los fusilamientos de las décadas de los 60,70 y 80 no guardan similitud con la oleada represiva de la Primavera Negra, salvo las largas sentencias a prisión, y éstas no se parece a los arrestos temporales del presente.
  
Los represores cubanos lo mismo actúan como oficiales de un cuerpo del estado o como ciudadanos indignados, léase paramilitares.

Otro renglón que le produce a la dictadura insular muchos beneficios son sus conocimientos sobre actividades de espionaje, infiltración y desinformación. Sin dudas fueron alumnos aventajados de los soviéticos y alemanes, porque a pesar de sus errores, cuentan con recursos para influenciar o al menos desviar de sus objetivos, algunos rivales y adversarios.

Para ejercer influencia y control sobre sus  enemigos cuentan con el conocimiento de la condición humana que le han otorgado cincuenta y cinco años de tortura física y mental, la oportunidad de haber manipulados grandes masas de individuos, la regulación de la miseria y la concesión de privilegios, pero también poseen una noción de cómo puede actuar un individuos ante diferentes circunstancias. 


El chantaje o el soborno el castrismo lo ha llevado a cotas difíciles de imaginar. Graban hasta lo más insignificante de una persona de interés, incluido amigos y aliados. Su uso depende de las características del objetivo. La cartera de recursos es tan amplia como situaciones que la persona quiera ocultar. 

Controlar o al menos influenciar en el campo enemigo es de vital importancia. Sitúan  topos, gente que se presentan muy dispuesta, capaces y obedientes que se ganan la confianza de quienes les rodean y que sutilmente incentivan las diferencias entre quienes lideran una posición o proyecto.

El servicio exterior de Cuba tiene vasta experiencia, son pocos los países que tienen un cuerpo diplomático tan capaz y tan comprometido con su gobierno, y no con el estado que supuestamente representan y ese es en la actualidad el objetivo de la cancillería venezolana.

Los diplomáticos venezolanos  deben ser militantes. Individuos comprometidos con el pensamiento oficial. Defensores a ultranza del régimen y agresores contra los que disientan.

Los sujetos de la diplomacia cubana reciben beneficios proporcionales al servicio que prestan. Reciben una fuerte preparación en los entramados de la diplomacia. Son burócratas inocuos que cuando sus superiores lo determinan, se transforman en espías protegidos por su inmunidad.

No hay gobierno que tenga más diplomáticos expulsados por espiar que el cubano, y es de esperar que sus pares venezolanos estén recibiendo preparación en ese sentido.

Por supuesto que las Fuerzas Armadas Venezolanas son el más  importante objetivo del castrismo. Catequizar a los altos mandos, pero también a los oficiales de menor graduación en la ideología oficial es determinante, al igual que detectar los individuos que por sus convicciones o por intereses son imposibles de captar.

Habrá excepciones pero los altos mando militares de Venezuela están politizados o corrompidos por los favores que les otorga el Ejecutivo. El número de oficiales superiores que prestan servicios en las diferentes ramas de la administración pública es muy elevado, una situación similar a la cubana.

Enfrentar estos regímenes genera muchos mártires. Cuba y Venezuela tienen sus siembras de patriotas, pero aún le restan muchos hombres y mujeres capaces de derrotar una estructura despiadada del poder que a pesar de su fortaleza, no es invencible.

abril 20, 2014

Conjura contra Venezuela

Pedro Corzo
Es vergonzoso que la mayoría de los gobiernos de los países de América hayan sido capaces de ponerse de acuerdo en establecer una especie de política común que solo beneficia a los regímenes despóticos del hemisferio, sin considerar que con esa actitud dejan en absoluta indefensión a los pueblos sometidos a los regímenes autoritarios.

La conducta de muchos de los políticos latinoamericanos refleja en el mejor de los casos una gran miopía y en el peor, una franca y abierta complicidad con los autócratas, situación confirmada en la Asamblea de la Organización de Estados Americanos cuando se le impidió a la diputada venezolana María Corina Machado, exponer la realidad que padece su país bajo el régimen de Nicolás Maduro.
El pueblo cubano ha sido la victima por antonomasia de la estulticia, cobardía y oportunismo de los líderes políticos del hemisferio.
A pesar de que la política de desestabilización del gobierno de Cuba no había cambiado hacia sus pares del hemisferio, la mayoría de los gobiernos del continente  modificaron su política hacia La Habana, restablecieron  relaciones diplomáticas y comerciales con la isla en cuanto la OEA dio el visto bueno a las mismas.
La dictadura imperante en la isla no impidió que se integrara a  organismos regionales, entre ellos, a las Cumbres de Jefes de Estado y Gobierno de Iberoamérica, al extremo que organizó unos de esos eventos. Ningún gobierno reparó que La Habana violaba descaradamente los acuerdos en los que se comprometía a respetar  los derechos humanos, la pluralidad y transparencia política.
La nueva víctima de esta crónica desidia es Venezuela. La confabulación de los gobiernos a favor del despotismo otra vez se evidencia.
La doble moral y la quiebra de los valores que nuestros gobernantes dicen defender,  hará posible que sean  más los pueblos sometidos a dictaduras electorales en la que los gobernantes vestidos de civil, pueden ser tan crueles y despiadados como los militares que les precedieron. Maduro es un ejemplo.
Es conveniente hacer notar la rapidez y firmeza con la que  políticos, organizaciones sociales, sectores intelectuales y gobiernos identificados con el populismo electoral, actúan solidariamente cuando uno de sus iguales, o próximo a sus intereses, son afectados negativamente por decisiones que pongan en peligro la sobrevivencia del  aliado.
Consecuente con ese compromiso la delegación de Nicaragua solicitó que la sesión en la que hablaría la diputada venezolana fuese a puertas cerradas, propuesta a la que los gobiernos aliados ideológicos del castro chavismo y los que se benefician del petróleo venezolano, apoyaron sin reparo.
Posteriormente otras maniobras que evidentemente habían sido acordada previamente entre los que respaldan el régimen de Maduro, impidieron que en la Sesión Ordinaria del Consejo Permanente de la OEA, pudiera denunciar la diputada María Corina Machado lo que acontece en su país. 
Cierto que el gobierno de Venezuela ejerce un vil chantaje con su chequera petrolera sobre muchos gobiernos y que otros mandatarios lo respaldan porque su alianza, dígase, ideológica con Caracas así lo indica, pero el voto de  Brasil aunque tipifica  la apatía de la mayoría de los gobiernos de América Latina hacia  valores como la libertad y los derechos humanos es muy preocupante, porque parece indicar que a pesar de sus muchas potencialidades no está en capacidad de asumir el liderazgo hemisférico  que se le supone.
Si la conjura orquestada por Venezuela para impedir que la diputada Machado hablara en el conclave fue una victoria pírrica, en particular gracias a Panamá y a los gobiernos que apoyaron su propuesta, el régimen de Maduro se auto agravió cuando retuvo en el aeropuerto a la diputada cuando retornaba al país.
Esa detención temporal más la obsesión de Diosdado Cabello por retirarle a María Corina la inmunidad parlamentaria, el arresto de varios alcaldes y el incremento de la represión, demuestran que el régimen no tiene voluntad de discutir con sinceridad los problemas de país y darles solución con la participación de sectores independientes de la sociedad.
El gobierno de Maduro está consciente del carácter político de las protestas, pero también sabe que si se han extendido a pesar de la represión por varias semanas, es porque están sustentadas en problemas reales de la nación,  como es la existencia de presos políticos, control de los medios de comunicación, restricción a las libertades económicas, la corrupción, la elevada inflación,  inseguridad pública y otras trabas que perjudican a la ciudadanía.
Hasta el momento han muerto muchas personas, en su mayoría estudiantes y gente del pueblo que repudian la violencia, lo que deja apreciar que Maduro confía devotamente  en la capacidad de los represores cubanos para someter a los manifestante y en el talento de Ramiro Valdés en construirle un país modelado a su gusto,  donde las protestas sean recordadas como un mal ejemplo de la democracia.

Los buitres de Maduro

Pedro Corzo
Las organizaciones que se opusieron a las dictaduras militares sudamericanas de los años setenta del pasado siglo,  acusaron a los gobiernos del cono sur de haber instrumentado una alianza con el propósito de destruir a los movimientos subversivos que intentaban derrocarlos, dicho sea de paso,  ninguno los grupos insurgentes logró sus objetivos porque las dictaduras concluyeron cuando el agotamiento y la acción cívica de los pueblos las hizo inviables.

Paradójicamente si representantes, aliados o simpatizantes de aquellos grupos subversivos se encuentran en el presente en el poder ha sido por algo que aquellos sectores repudiaban: el voto universal, libre, secreto y plural.

Aquella alianza fue identificada como Operación Cóndor. Las fuerzas represivas de los países asociados no tenían que respetar las fronteras para apresar y hasta matar a cualquier individuo que pudiera ser una amenaza.

Los dictadores de Argentina, Chile, Uruguay, Bolivia, Brasil y  Paraguay, enfrentaban movimientos violentos, grupos extremistas que practicaban el terrorismo urbano, los atentados personales, el secuestro y la lucha guerrillera rural.

Eran gentes dura que creían en la violencia y la practicaban en todas sus formas, justo recordar que siempre contaron con el apoyo absoluto de la dictadura cubana.

Los dictadores de los países mencionados que llegaron al poder por la violencia, no escatimaron esfuerzos por acabar con la oposición y no dudaron en imponer un terror desde el estado. Asesinaron e hicieron desaparecer personas, entre ellas gente inocente o al menos individuos que estaban a favor de  soluciones políticas y repudiaban el terrorismo.

Las enseñanzas de aquellos dictadores que se aliaron para sobrevivir, al parecer germinó entre quienes ocupan en el presente sus posiciones.


Por ejemplo la Unión de Naciones Sudamericanas, UNASUR, emitió una declaración de total satisfacción para el gobierno de Caracas, porque apunta “respaldar los esfuerzos del Gobierno de la República Bolivariana de Venezuela para propiciar un diálogo entre el Gobierno, todas las fuerzas políticas y actores sociales con el fin de lograr un acuerdo que contribuya al entendimiento y la paz social y más adelante agregaba,  “ Expresar nuestra preocupación ante cualquier amenaza a la independencia y soberanía de la República Bolivariana de Venezuela”.

En una especie de pacto entre buitres, la organización cuyos principales promotores fueron Hugo Chávez, Lula da Silva y Néstor Kirchner, ignoró la represión gubernamental personificada en la Guardia Nacional y los paramilitares, lo que condujo a la diputada María Corina Machado a expresar “Unasur pretende proteger al régimen y no a los venezolanos”.

Cierto que algunos mandatarios de UNASUR han hecho declaraciones, por cierto ambiguas, como para marcar alguna distancia de lo expresado por la organización, Michelle Bachelet, Chile, dijo respecto a la violación de los derechos humanos en Venezuela que solo tenía la información de los medios de comunicación y que no prejuzgaba con la información de la prensa, anteriormente había declarado que jamás apoyaría un movimiento que de manera violenta buscara derrocar un gobierno constitucional, dando por sentado que la oposición venezolana es la que recurre a la violencia.

Por su parte el canciller de Uruguay, Luis Almagro, expresó que cuando se tiene la estrategia política de derrocar un gobierno por medio de las protestas es muy difícil aceptar un dialogo porque conlleva un cambio de estrategia.

Pero UNASUR como entidad, palidece ante la Organización de Estados Americanos.

La mayoría de sus miembros, clientes de Venezuela, acordó guardar un inexplicable silencio ante la violencia desatada en ese país y cuando se produjo una votación sobre la crisis le fue favorable al gobierno de Maduro  porque aprobó una resolución de solidaridad con Venezuela en la que se llamaba al dialogo y rechazaba cualquier tipo de intervención, como si esa fuese la intención de la oposición venezolana.

La actitud de la OEA es contraria a la que asumió durante la crisis de Honduras, 2009, cuando derrocaron a Manuel Zelaya aliado de los compinches  de Hugo Chávez, hoy Nicolás Maduro, ese país fue aislado del hemisferio y sus relaciones con en el resto del mundo fueron afectadas.

Pero esperar otra decisión de la OEA mientras José Miguel Insulza sea su secretario general es un grave error, porque sus decisiones siempre han favorecido las autocracias nacidas en la rivera del Socialismo del Siglo XXI. Recientemente declaró que la crisis política y social que vive Venezuela no afecta la democracia en el continente, lo que no justifica invocar la Carta Democrática Interamericana.

Insulza insiste en la legitimidad del mandato de Maduro y ha ignorado más de un mes de protestas en todo el país, la muerte de muchas personas, entre ellas estudiantes, los heridos, los presos, los torturados y la violación a los derechos humanos, por eso siempre se dirá que el peor ciego es el que no quiere ver.

Periodismo sin fronteras

Pedro Corzo
El periodismo es una profesión libre e universal, al extremo que una persona que sea capaz de expresar una idea con relativa coherencia, escrita u oral, está fungiendo en alguna medida como periodista, porque como dice el escritor Ramiro Gómez Barrueco, el periodismo es una de las pocas profesiones libres que existen en el mundo,  lo que motiva que sea aborrecida por aquellos que no quieren que se digan las verdades sobre sus actuaciones.

En Colombia funciona una organización que se llama Periodismo Sin Fronteras que dirige Ricardo Puentes Melo, un calificativo que debería regir el ejercicio del periodismo, porque entre los comunicadores no deberían existir fronteras ideológicas o físicas, en lo que respecta a la defensa de la integridad del mensajero y del mensaje.

Entre los periodistas debería haber una mayor solidaridad porque no hay comunicador que esté protegido contra la vesania de los poderosos,  gobiernos, políticos, empresarios o el crimen organizado, cuando la información afecta sus intereses.

Es preciso reconocer que la censura u otro tipo de peligro que enfrenta la libertad de expresión e información, no es una práctica exclusiva de las dictaduras, porque hasta en las democracias hay informadores y medios que se ganan la animadversión y a veces algo más, de los que mandan.


Regresando a Periodismo Sin Fronteras, el periodista e historiador Eduardo Mackenzie, acusa a las autoridades de Colombia, sin dudas un gobierno democrático, de intentar sistemáticamente  atemorizar al periodista Ricardo Puente Melo, porque según Mackenzie, desde que el presidente Santos asumió la presidencia, “mostró su mal humor e incluso una cierta brutalidad verbal, contra la prensa y los periodistas que se atrevían a cuestionar sus actuaciones”.

Otras democracias del continente, solo unas muestras de los muchos botones,  no tienen reparos en atacar a los periodistas que les incomodan.

En Argentina se da el caso de que hay manifestantes que salen a las calles con los rostros de los periodistas que critican al gobierno y también son fuertemente criticados en los medios oficiales, en Ecuador otra democracia electoral, la libertad de cuestionar el gobierno de Rafael Correa esta siempre amenazada y lo mismo pueden condenar a prisión al comunicador que dictar una fuerte multa en su contra, en Brasil ya van cuatro los periodistas asesinados este año por cumplir con su deber de informar y en Honduras desde el 2009 han muerto violentamente 32 periodistas.

Bajo el régimen de Hugo Chávez y Nicolás Maduro los espacios de libre información están casi extinguidos. Medios internacionales de prensa y periodistas extranjeros han sido expulsados, los comunicadores nacionales amenazados, los medios confiscados o las licencias de trasmisión canceladas. 

En Cuba no hay libertad de expresión e información hace más de cinco décadas. Los medios están al servicio del estado y el trabajo periodístico se limita exclusivamente a comunicar lo que le indican, al extremos que los medios de la isla no reportan crímenes y hace muy poco tiempo empezaron hacer referencias a accidentes de tránsito.

Por otra parte es justo destacar que hay periodistas que son una amenaza a la libertad de expresión de aquellos que no piensan como ellos, sus conocimientos y talentos están al servicio  de quien les recompensan y no dudan  difundir falsas informaciones y atacar sin reparo a quienes consideran enemigos de lo que defienden.

El gobierno de La Habana ha marcado pauta  en formar una generación de políticos, agentes de inteligencia o seguridad, camuflados de periodistas que solo trabajan como desinformadores.

Un comunicador cubano puede ser diplomático en un país,  en otro espía y en un tercero un periodista trabajando para Prensa Latina,  una supuesta agencia de prensa que en realidad es un aparato de subversión y desestabilización al servicio del castrismo. 

La dictadura cubana disfraza a sus agentes de periodista porque esa condición le facilita  el acceso a los medios.

Recientemente el politólogo boliviano Carlos Sánchez Berzaín denunció al diplomático cubano Rubén García Abelenda, quien fue agregado de Prensa en Madrid y después ministro Consejero de la Embajada de Cuba en su país, de escribir, usando un seudónimo, artículos periodísticos a favor de Evo Morales y  contra personalidades que están comprometidas con la democracia.

Para Sánchez Berzain, el diplomático García Abelenda podría usar como seudónimo el nombre de algún periodista vinculado al régimen de La Habana,  lo que ejemplificaría como el servicio diplomático cubano y  los de desinformación están estrechamente asociados.

El gobierno de Cuba por décadas ha usado el periodismo para desinformar y ha usado a los periodistas en numerosas ocasiones como espías, por eso aunque algunos crean que el totalitarismo insular está agotado, lo mejor que pueden hacer es prepararse para su próxima mordida.