Pedro Corzo
Los ex mandatarios latinoamericanos,
salvo contadas excepciones, cuando abandonan el poder procuran seguir
influyendo en la política nacional y en ocasiones, si la ley lo permite,
intentan regresar al gobierno.
La mayoría de estos mandatarios no
trascienden las fronteras nacionales, por lo regular, hayan realizado un buen o
mal gobierno, no influyen en el contexto latinoamericano y menos internacional.
Sin embargo en los tiempos modernos
tenemos dos ex mandatarios que no solo dejaron profundas huellas en sus
respectivos países, sino que continúan siendo factores importantes de poder en
sus naciones y personalidades influyentes en el resto del continente.
Estos dos ex presidentes, sin entrar a
valorar su gestión y sus potenciales contribuciones son Luiz Inacio Lula da
Silva, Brasil, y Álvaro Uribe, de Colombia.
Lo
relevante es que los dos ex mandatarios más allá de sus aciertos y errores,
cuentan con un amplio respaldo popular.
Lula se afirma sería el único candidato
en las elecciones del 2014 que ganaría en primera vuelta, superando a la actual
mandataria Dilma Rouseff, y Alvaro Uribe tiene un respaldo en la población
superior al del presidente Juan Manuel Santos, aunque según una encuesta el
apoyo a Uribe ha disminuido en los últimos meses.
Uribe y Lula con sus aciertos y errores
y más allá de sus deseos, entendieron que la alternabilidad es fundamental
para la democracia y que aun cuando se cuente con apoyo mayoritario,
forzar otra reelección, lesiona gravemente los intereses fundamentales del
país.
Ambos tienen valoraciones ideológicas
contrapuestas, pero les caracteriza un agudo y fino pragmatismo. Gobernaron por
dos periodos y a pesar de contar con amplio apoyo popular, rechazaron la
tentación de manipular las leyes para legitimar una segunda reelección.
Uribe y Lula son polos opuesto en el
pensamiento político, pero también en la gestión de proyectar hacia el exterior
sus influencias.
Lula trabaja a favor de un proyecto
internacional y por eso fue junto a Fidel Castro, uno de los fundadores del
Foro de Sao Paulo. Como presidente y fuera del gobierno apoyó
incondicionalmente al presidente Hugo Chávez y lo repitió cuando
Xiomara Castro de Zelaya, fue candidata a la presidencia de Honduras.
Respaldó todas las fuerzas políticas de izquierda y fue y es, un aliado
de los países de la Alianza Bolivariana de las Américas.
Lula incursionó en la política exterior.
Trabajo intensamente para que Brasil accediera a la condición de miembro
permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Fue uno de los
principales promotores de la Unión de Naciones Sudamericana, entidad en la que
el gigante sudamericano ejerce una gran influencia, incrementada después de la
muerte de Hugo Chávez.
El ex mandatario brasileño se convirtió
en una figura internacional, no solo por la importancia de Brasil como nación,
sino también por su acción protagónica en eventos internacionales, muy
particularmente en los que tenían lugar en nuestro hemisferio.
Por el contrario Álvaro Uribe durante
sus mandatos demostró ser un dirigente interesado en resolver los problemas de
Colombia, al extremo que la mayoría de los diferendos que sostuvo con el
desaparecido presidente Hugo Chávez, fueron consecuencia de las intromisiones
del venezolano en los asuntos de su país.
El ex presidente de Colombia enfrentó a
las guerrillas con todo vigor afectando seriamente su capacidad operativa y
desarrollo con éxito su política de la seguridad democrática. Desmovilizo a los
grupos paramilitares, aunque algunos sectores le acusan de haberlo favorecido,
pero no hay dudas que la situación general de Colombia cambió para bien y dejó
una nación en mejores condiciones que las que tenía cuando asumió el poder.
En ese aspecto se puede decir lo mismo
de Lula da Silva que al decidir continuar la política de su antecesor Fernando
Cardoso, fortaleció la economía del país y sus instituciones, lo que condujo a
una mejor distribución de las riquezas y a una mayor justicia social.
Pero hay que destacar que mientras el
presidente Uribe guardaba para sí mismo sus valoraciones sobre la dictadura
castrista y de otros regímenes populistas del hemisferio, atendiendo los
asuntos de su país, el mandatario Lula da Silva, sin descuidar su gestión
de gobierno, impulsaba encuentros internacionales en los que promovía el
proyecto expansionista que auspicia el Foro de Sao Paulo, al extremo que en el
XIX encuentro anual de esa entidad, 2013, expresó que los actuales gobiernos de
izquierda en el área, “nunca habrían llegado al poder” de no ser por el Foro de
Sao Paulo.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario