noviembre 28, 2013

El Blog de Pedro Corzo: Uribe y Lula da Silva. Polos Opuestos

El Blog de Pedro Corzo: Uribe y Lula da Silva. Polos Opuestos: Pedro Corzo Los ex mandatarios latinoamericanos, salvo contadas excepciones, cuando abandonan el poder procuran seguir influyendo en la...

Uribe y Lula da Silva. Polos Opuestos

Pedro Corzo
Los ex mandatarios latinoamericanos, salvo contadas excepciones, cuando abandonan el poder procuran seguir influyendo en la política nacional y en ocasiones, si la ley lo permite, intentan regresar al gobierno.

La mayoría de estos mandatarios no trascienden las fronteras nacionales, por lo regular, hayan realizado un buen o mal gobierno, no influyen en el contexto latinoamericano y menos internacional.

Sin embargo en los tiempos modernos tenemos dos ex mandatarios que no solo dejaron profundas huellas en sus respectivos países, sino que continúan siendo factores importantes de poder en sus naciones y personalidades influyentes en el resto del continente.

Estos dos ex presidentes, sin entrar a valorar su gestión y sus potenciales contribuciones son Luiz Inacio Lula da Silva, Brasil, y Álvaro Uribe,  de Colombia.
Lo relevante es que los dos ex mandatarios más allá de sus aciertos y errores, cuentan con un amplio respaldo popular.

Lula se afirma sería el único candidato en las elecciones del 2014 que ganaría en primera vuelta, superando a la actual mandataria Dilma Rouseff, y Alvaro Uribe tiene un respaldo en la población superior al del presidente Juan Manuel Santos, aunque según una encuesta el apoyo a Uribe ha disminuido en los últimos meses.
Uribe y Lula con sus aciertos y errores y más allá de sus deseos, entendieron que la alternabilidad es fundamental para  la democracia y que aun cuando se cuente con apoyo mayoritario, forzar otra reelección, lesiona gravemente los intereses fundamentales del país.

Ambos tienen valoraciones ideológicas contrapuestas, pero les caracteriza un agudo y fino pragmatismo. Gobernaron por dos periodos y a pesar de contar con amplio apoyo popular, rechazaron la tentación de manipular las leyes para legitimar una segunda reelección.

Uribe y Lula son polos opuesto en el pensamiento político, pero también en la gestión de proyectar hacia el exterior sus influencias.

Lula trabaja a favor de un proyecto internacional y por eso fue junto a Fidel Castro, uno de los fundadores del Foro de Sao Paulo. Como presidente y fuera del gobierno apoyó incondicionalmente al presidente Hugo Chávez y lo repitió cuando Xiomara  Castro de Zelaya, fue candidata a la presidencia de Honduras. Respaldó todas las fuerzas políticas  de izquierda y fue y es, un aliado de los países de la Alianza Bolivariana de las Américas.

Lula incursionó en la política exterior. Trabajo intensamente para que Brasil accediera a la condición de miembro permanente del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas. Fue uno de los principales promotores de la Unión de Naciones Sudamericana, entidad en la que el gigante sudamericano ejerce una gran influencia, incrementada después de la muerte de Hugo Chávez.
El ex mandatario brasileño se convirtió en una figura internacional, no solo por la importancia de Brasil como nación, sino también por su acción protagónica en eventos internacionales, muy particularmente en los que tenían lugar en nuestro hemisferio.

Por el contrario Álvaro Uribe durante sus mandatos demostró ser un dirigente interesado en resolver los problemas de Colombia, al extremo que la mayoría de los diferendos que sostuvo con el desaparecido presidente Hugo Chávez, fueron consecuencia de las intromisiones del  venezolano en los asuntos de su país.

El ex presidente de Colombia enfrentó a las guerrillas con todo vigor afectando seriamente su capacidad operativa y desarrollo con éxito su política de la seguridad democrática. Desmovilizo a los grupos paramilitares, aunque algunos sectores le acusan de haberlo favorecido, pero no hay dudas que la situación general de Colombia cambió para bien y dejó una nación en mejores condiciones que las que tenía cuando asumió el poder.

En ese aspecto se puede decir lo mismo de Lula da Silva que al decidir continuar la política de su antecesor Fernando Cardoso, fortaleció la economía del país y sus instituciones, lo que condujo a una mejor distribución de las riquezas y a una mayor justicia social.

Pero hay que destacar que mientras el presidente Uribe guardaba para sí mismo sus valoraciones sobre la dictadura castrista y de otros regímenes populistas del hemisferio, atendiendo los asuntos de su país,  el mandatario Lula da Silva, sin descuidar su gestión de gobierno, impulsaba encuentros internacionales en los que promovía el proyecto expansionista que auspicia el Foro de Sao Paulo, al extremo que en el XIX encuentro anual de esa entidad, 2013, expresó que los actuales gobiernos de izquierda en el área, “nunca habrían llegado al poder” de no ser por el Foro de Sao Paulo.

La realidad es que más allá de las valoraciones negativas de sus críticos, Uribe y Lula da Silva son dos colosos de la política latinoamericana, porque cada uno en base a su proyección han sido  consecuentes con sus respectivos ideales y compromisos políticos, lo que les ha permitido seguir siendo factores determinantes en la vida política de sus países.

noviembre 22, 2013

El Blog de Pedro Corzo: Maduro rumbo al Socialismo Real

El Blog de Pedro Corzo: Maduro rumbo al Socialismo Real:                           Pedro Corzo Todo parece indicar que Nicolás Maduro pretende conducir a Venezuela al Socialismo Real, aunque la...

Maduro rumbo al Socialismo Real

                          Pedro Corzo
Todo parece indicar que Nicolás Maduro pretende conducir a Venezuela al Socialismo Real, aunque la ruta para alcanzar esa meta transite por el caos social, del que podrían derivarse situaciones cruentas con consecuencias catastróficas para el país.

La anarquía inducida favorece al régimen. La agudización de las crisis le posibilita imponer controles  más férreos en el aspecto económico y en el político. Un estado de crispación social justificaría vigilancias más estrictas y disposiciones que limitarían los derechos ciudadanos a niveles sin precedentes en los gobiernos bolivarianos, y menos todavía en la democracia venezolana que el difunto Chávez bautizó como la "cuarta república".

Una especie de aviso de lo que puede ser el futuro para los venezolanos es la intensa campaña de descredito patrocinada por el gobierno contra los líderes de la oposición, y el hecho de que recientemente las autoridades clausuraran cincuenta páginas en las redes sociales en las que se informaba sobre la cotización del dólar.  

El gobierno de Venezuela, como nunca antes en el pasado, favorece la lucha de clases y la conflictividad social, al responsabilizar a los propietarios y a los políticos de la oposición de  los problemas que padece el país, situación que conduce a la radicalización del proceso del que Maduro confía salir fortalecido, porque aunque no cuenta con el absoluto respaldo de los partidarios del régimen, está conscientes que la nomenclatura actuará en base a los intereses de todos, y en ese juego tiene un papel clave la cúpula de las fuerzas armadas.

El escenario que se aprecia en Venezuela no deja de ser paradójico, porque mientras la dictadura de los hermanos Castro se mueve hacia algunos aspectos del modelo que Hugo Chávez bautizó como Socialismo del Siglo XXI, el heredero del déspota, Maduro,  está reproduciendo las fórmulas económicas y políticas de gobierno que fracasaron en la extinta Unión Soviética y en la propia Cuba.
Veamos. Los espacios de prensa libre se han reducido radicalmente. Las fuerzas gremiales y sindicales no tienen la relevancia del pasado. La presencia militar y burocrática del castrismo en las fuerzas armadas y los servicios públicos,  es una copia a carbón de la soviética en Cuba a partir de 1960, fortaleciéndose en las décadas siguientes hasta la desintegración de la Unión Soviética.

Un aspecto en el que el modelo castrista nunca será copiado por los bolivarianos es la economía.

En la isla desapareció la propiedad privada, mientras en Venezuela eso no será posible porque el régimen Chávez-Maduro, permitiendo todas las formas de corrupción, ha creado una nueva clase de ricos que gustan mucho de los Rolex y Lamborghini.
Respetar y ayudar al enriquecimiento de ese sector con los privilegios que le confiere el gobierno, es casi tan importante como controlar las instituciones del estado y el alto mando militar. Los nuevos ricos venezolanos no solo compiten en lujos y bienes con sus pares que les precedieron, sino que esperan que sus inmensos bienes les otorguen legitimidad más allá de la existencia del régimen que los creo.


No obstante Maduro procederá contra la propiedad privada en la medida que esta sea independiente de su autoridad y apoye a los sectores de la oposición. La campaña contra la "especulación y el acaparamiento", está dirigida a los propietarios que no respondan al gobierno, incluido los "nuevos ricos" que se atrevan a cuestionar las acciones de la cúpula del régimen.

Son muchos los factores que han determinado que Maduro busque “blindarse”, entre ellos, no contar  con el apoyo popular que disfrutó Chávez, ni con el respaldo que el desaparecido comandante disfrutó entre los factores que conformaron el movimiento político que lo llevó al poder, una situación que obliga al gobernante a buscar diferentes mecanismos para proyectar su imagen y llenar el vacío dejado por el conductor desaparecido.

Maduro heredó de Chávez el control absoluto de las instituciones  del estado, lo que permitió a la mayoría oficialista de la Asamblea Nacional, desaforar a una diputada y alcanzar el  número de votos necesarios para aprobar una Ley Habilitante que según la legislación venezolana permite al Presidente dictar “decretos con rango, valor y fuerza de ley”, una potestad que lo sitúa por encima del resto de los poderes del estado.

Maduro,  similar a lo que hizo Chávez en varias ocasiones durante sus mandatos, imita a los patricios romanos y  procura legitimar la dictadura con el voto de los legisladores para actuar sin restricciones legales contra los sectores que le adversen, porque al igual que Fidel Castro, el gran mentor de los tiranos, su voluntad es la de la nación y quienes se opongan a ella están contra el pueblo, porque él es el único capaz de representar las necesidades y aspiraciones de todos los ciudadanos venezolanos.


noviembre 15, 2013

El Blog de Pedro Corzo: Honduras en la Encrucijada

El Blog de Pedro Corzo: Honduras en la Encrucijada:                           Pedro Corzo Los próximos comicios generales en Honduras serán propicios para que los estrategas del Socialism...

Honduras en la Encrucijada

                          Pedro Corzo
Los próximos comicios generales en Honduras serán propicios para que los estrategas del Socialismo del Siglo XXI estrenen fórmulas políticas que hagan posible que Xiomara Castro, esposa del destituido presidente Manuel Zelaya, llegue a la primera magistratura del país centroamericano.

Castro, quien lleva la delantera según  algunas encuestas, es la abanderada del Partido Libertad y Refundación, Libre, creado por Zelaya cuando regresó del exilio en el 2012. La candidata ganó popularidad liderando la lucha para restablecer en el gobierno a su marido.

Paradójicamente el Partido fundado por Zelaya se ha convertido en una fuerza política relevante en muy poco tiempo, ya que aglutina la mayoría de los grupos de la izquierda política y las facciones que abandonaron el Partido Liberal, al que pertenecía el ex mandatario.

A los comicios concurren nueve partidos con diferente orientaciones, pero solo uno de ellos, PLR, Libre, de Zelaya  cuenta con respaldo internacional, al extremo que su agrupación puede recibir apoyo financiero del Foro de Sao Paulo u otros organismos similares, porque en Honduras no hay organismos que regulen el financiamiento de las campañas electorales.


Recientemente miembros latinoamericanos de la Asamblea Parlamentaria Euro-Latinoamericana, Eurolat, pidieron a las autoridades hondureñas comicios libres y transparentes, pero uno de los vicepresidentes de esa entidad, Leonel Vázquez Búcaro, declaró que la esposa de Zelaya era una mujer de pueblo, de la izquierda y que las posibilidades de que la sociedad centroamericana cambie, están en que Xiomara Castro llegue al gobierno.

Otro que representa el apoyo de la izquierda hemisférica a la candidatura de Zelaya, el verdadero candidato en la opinión de muchos observadores,  fue  el diputado al Parlamento Andino, Pedro de la Cruz,  quien pidió un triunfo para las fuerzas progresistas y democráticas, destacando que este era el momento de la unidad latinoamericana.

Honduras ha sido en los últimos meses sede de convenciones de la izquierda política en apoyo a la candidatura del partido de Zelaya.

Entre otros eventos en agosto del año pasado Tegucigalpa fue la sede del Encuentro Internacional de Mujeres de Izquierda y Progresistas,  miembros del Mecanismo de Mujeres de la Conferencia Permanente de Partidos Políticos de América Latina y el Caribe, así como de Partidos Políticos miembros del Foro de Sao Paulo.

El objetivo del congreso era apoyar incondicionalmente la candidatura de Xiomara Castro, que posteriormente  declaró su compromiso de “Refundar el país”, una propuesta de los gobernantes de Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, ALBA,  que en cuanto llegan al gobierno convocan a una constituyente de carácter originario,  que renueva todos los poderes públicos como si la República se hubiera constituido con su mandato.

El pasado mes de septiembre representantes del Foro de Sao Paulo, reunidos en la capital hondureña dieron a conocer la Declaración de Tegucigalpa en la que manifestaban solidaridad y apoyo “a la lucha del heroico pueblo hondureño por construir una democracia y la soberanía nacional, que hoy se expresa en la candidatura de Xiomara Castro de Zelaya a la presidencia de Honduras”, a la vez que reiteraban que trabajarían a favor de su elección, después de ese pronunciamiento la candidata reiteró su compromiso de convocar a elecciones para una asamblea nacional constituyente.

En octubre la campana de resonancia de la candidata del ALBA fue el Grupo de Parlamentarios y Parlamentarias de América Latina y del Caribe,  quienes se comprometieron a respaldar, “la lucha del hermano pueblo hondureño, por la democracia, la libertad y la justicia, que encabeza en este momento histórico: Xiomara Castro de Zelaya”.

Los demócratas hondureños están enfrentando un reto muy serio que demanda el abandono de protagonismos superfluos que solo facilitan el acceso al poder de quienes están comprometidos con un proyecto que tiene como fin el establecimiento de un régimen qué fundamentado en las instituciones del estado, violentara los derechos ciudadanos.

Los dos candidatos con más opciones frente a  Xiomara Castro son Mauricio Villeda Bermúdez, Partido  Liberal y Juan Orlando Hernández Alvarado por el Nacional, partido del presidente Porfirio Lobo cuyo gobierno por sus pésimos resultados favorece el retorno al gobierno de Zelaya, condición que en cierta medida le resta para convertirse en el candidato nacional que pueda derrotar a la postulante del ALBA.

El regreso de Manuel Zelaya al gobierno, será nefasto para Centro América, pero también para todo el hemisferio, de ahí la necesidad que las fuerzas democráticas del continente, en particular aquellas que padecen el neo comunismo que gestó y promovió Hugo Chávez, Venezuela, Bolivia, Nicaragua y Ecuador, se apresten a apoyar a quienes en Honduras están comprometidos  en la lucha contra un proyecto que conduce a la sociedad totalitaria que impera en Cuba

noviembre 09, 2013

El Blog de Pedro Corzo: Cuba y el socialismo del siglo XXl

El Blog de Pedro Corzo: Cuba y el socialismo del siglo XXl: Pedro Corzo El supuesto propósito de la nomenclatura castrista de establecer en Cuba una sociedad justa y próspera resultó en un r...

Cuba y el socialismo del siglo XXl

Pedro Corzo
El supuesto propósito de la nomenclatura castrista de establecer en Cuba una sociedad justa y próspera resultó en un rotundo fracaso, porque el régimen violentó de forma permanente y sistemática los derechos de los ciudadanos y asumió el control absoluto de los bienes de la nación.

Aun mas, a pesar de las cuantiosas ayudas económicas recibidas de varios países, en particular de la Unión Soviética y Venezuela, fue incapaz de construir una sociedad en la que el ciudadano disfrutara de mejores condiciones de vida. 

Sin embargo a pesar del poder que detenta hace más de cinco décadas, la nomenclatura está consciente desde hace varios años que el proyecto fracasó y que para conservar el control tienen que efectuar movimientos que encajen perfectamente entre los intereses de la clase dirigente; y  es en ese aspecto en el que algunas recetas del Socialismo del Siglo XXI pueden servir al régimen, por lo que pudiera decirse que el totalitarismo Cubano se está reinventado.

La estructura superior del Poder se subvirtió a si misma modificando algunos de los factores que caracterizan el totalitarismo castrista, fundamentado en la figura dominante de Fidel Castro y en un control absoluto de la economía, de otros gobiernos identificados con el llamado "Socialismo Real".

El Socialismo del Siglo XXI parece ser útil para el proceso de sucesión que se inició en el 2006 y que aparentemente llegó a su final este año cuando Raúl Castro declaró que este sería su último periodo de gobierno.

Al parecer los Castro han determinado que es mandatorio iniciar un proceso de transición que garantice a la nomenclatura la impunidad de sus acciones y la conservación de las riquezas adquiridas.

Por otra parte el poder en Cuba está centralizado en el Partido Comunista, una corporación mafiosa, más que ideológica o política. En realidad las decisiones fundamentales  las determina  un pequeño círculo de altos dirigentes, primordialmente los que integran el Buró Político.

La transición que procuran, no está orientada a cambios en la concepción del poder ni en la forma que se eligen a los gobernantes. Falta ver si incorporaran la pluralidad política,  condición que permite el Socialismo del Siglo XXI, situación posible si se tiene en cuenta que el régimen tiene el control de las instituciones del estado. 
El crítico balance de la realidad cubana quizás determine que la clase dirigente mezcle el modelo castrista y el SSXXI, porque evidentemente se retroalimentan. Muchos  de sus aspectos encajan perfectamente con los intereses del  régimen isleño por lo que es lógico  que la dictadura insular implemente algunos de ellos, en particular, después que el núcleo fundador del totalitarismo desaparezca.

La dictadura cubana tiene a su favor que ejerce un control total de la economía y si el estado redujera ese control,  hay una "gerencia", aproximadamente el 65 por ciento fueron militares de alta graduación, que asumirían con relativa independencia el manejo de las corporaciones del estado, lo que transformaría a estos individuos de privilegiados a multimillonarios.

Una situación similar ocurre con los medios de información y las organizaciones de la sociedad civil que en el presente son parte de la maquinaria estatal.

Los líderes de estas entidades y compañías se transformarían en empresarios independientes o en propietarios de los medios,  formándose un entramado de intereses que viabilizaría la permanencia de la nomenclatura y el surgimiento de nuevo dirigentes  interesados en mantener lo ya establecido.


La seguridad y privilegios de las Fuerzas Armadas son esenciales. Un número considerable de miembros del Comité Central del Partido son militares, porque el régimen cubano es esencialmente castrense.
Por otra parte en lo que respecta a la dictadura institucional que caracteriza al SSXXI, el gobierno cubano tiene que efectuar pocos cambios. En la isla los poderes públicos están supeditados a la voluntad de la clase regente.
Cierto que en los últimos años se han producido ajustes económicos y algunas que otras modificaciones de carácter legal que la propia sociedad demanda, gestiones que tal vez fueron promovidas por sectores de la clase dirigente identificadas con el tipo de despotismo que implica el Socialismo del Siglo XXI, pero estas todavía no se aproximan al modelo antes citado y aun corren el riesgo de ser revertidas.
Hasta el presente las decisiones se han tomado en base al deterioro del régimen, lo que puede conducir a un escenario de contradicciones peligrosas, porque mientras el sector emergente  podría intentar profundizar los ajustes económicos y sociales, los actuales conductores pueden oponerse,  lo que haría posible una ruptura y en consecuencia, el surgimientos de nuevos factores que demanden muchos más cambios, que los que para la dictadura cubana significaría asumir el modelo del Socialismo del Siglo XXI. 


noviembre 02, 2013

Maduro y su Mundo Feliz

"Podemos estar felices de saber que el futuro nos pertence completamente" 
                                              Adolf Hitler


Pedro Corzo
La decisión del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro de crear una instancia gubernamental dedicada a la búsqueda y consecución de la Suprema Felicidad,  conduce al libro 1984 de George Orwell, en el que el Gran Hermano contaba con ministerios claves como el de la Verdad y el Amor, y el régimen se sostenía sobre consignas como “la guerra es la paz, la libertad es la esclavitud y la ignorancia la fuerza”.

Estas consignas se ajustan perfectamente al modelo político que Hugo Chávez impuso en Venezuela, que hasta el momento reproduce algunos aspectos del régimen cubano, y según promesas del desaparecido mandatario tiene como objetivo llegar al mar de la felicidad de los hermanos Castro, del que el presidente Maduro ha demostrado ser un apasionado devoto.

De que la Guerra es la Paz para el mandatario venezolano se aprecia con la cantidad de armas que su país ha adquirido en los últimos años, que la Libertad es la Esclavitud se evidencia, entre otros condicionantes en las restricciones y sanciones impuestas a los medios de comunicación y la Ignorancia la Fuerza, la personifica el propio presidente con las visiones que dice haber tenido, o por la barrabasadas que no cesa de pronunciar como cuando dijo “Cristo redentor se hizo carne, se hizo nervio, se hizo verdad en Chávez”.

En consecuencia en la búsqueda de la felicidad para todos,  Maduro que creó un vice ministerio para lograr la felicidad de cada ciudadano, no duda en amenazar con llevar a prisión a los periodistas que denuncian la escasez, confiscar los bienes de quienes considera acaparadores o simplemente amenazar o encarcelar, a los dirigentes políticos de la oposición.

La ficción política de Orwell, como el Mundo Feliz del también británico Aldous Huxley,  o Tierra de Extraños  del escritor cubano José Antonio Albertini, al igual que otras obras de diferentes autores que abordan este género, describen un mundo en el que los poderes del estado tienen la autoridad para determinar la conducta del ciudadano, sus sentimientos y hasta sus relaciones sexuales.

Ese poder absoluto es la aspiración de todo  dictador. El pasado siglo XX  contó con déspotas que con el objetivo de hacer feliz al género humano, destruyeron cientos de millones de vidas y afectaron el desarrollo de los pueblos que llegaron a dirigir.

Huxley, Orwell y Albertini,  describen una sociedad en la que el líder justifica el uso de la fuerza con el subterfugio de  que la humanidad para sobrevivir debe ser sometida a las restricciones y regulaciones que él Conductor considere necesarias.
Hay que admitir que Maduro no está solo. Han sido muchos los dirigentes políticos y religiosos,  que han prometido el paraíso en la tierra y simplemente han adelantado el infierno para aquellos que están bajo su influencia.
Casos como los de James Warren Jones, alias Jim Jones, que fundó la secta Templo del Pueblo y provocó un suicidio masivo en Jonestown, Guyana, causando la muerte de 913 personas, incluidos 270 niños, o el de Waco, donde David Koresh, contribuyó a la muerte de 168 personas, hasta los ataques suicidas de los extremistas islámicos a los que se les promete un mundo de leche y miel con tal de que asesinen inocentes.
Hay muchos más ejemplos  y no está de más recordarlos. La pureza de la raza de Adolfo Hitler, el Paraíso de los Trabajadores de Lenin y Stalin, la Revolución Cultural de Mao Tse Tung, el edén que conquistó el pueblo camboyano como consecuencia del pensamiento mágico de los Kmer Rouge, hasta el Pan con Libertad de Fidel Castro, sin olvidar el hombre nuevo de Ernesto Guevara.

La mayoría de los líderes usan las promesas para alcanzar el poder y conservarlo sin perder el sentido común, pero cuando imaginan que han tocado el cielo con las manos, el delirio se acentúa y la destrucción total del país está asegurada.


Maduro pudo haber empezado a jugar con palabras y promesas como estrategia, pero tal parece que ha sido encantado por su propia hechicería,  por lo que la situación es muy seria ya que cuenta  con la capacidad represiva para imponer su voluntad.

Sin embargo el iluminismo del mandatario venezolano no es lo peor y es que tanto a él como a sus homólogos mencionados y omitidos, no les han faltado seguidores.

Aparentemente hay un sector de la humanidad que gusta del cuento, compra las promesas más absurdas y mata o se deja matar por ellas.

Ahí está el problema, sino quedaran ciudadanos con mentalidad de siervos, estos esclavistas serian rápidamente desenmascarados y expulsados del poder.