octubre 20, 2013

El ALBA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos


Pedro Corzo
Aunque Venezuela se retiró recientemente del CIDH hay que  reconocer que el dirigente político que más ha pugnado con esa entidad hemisférica,  exigiendo su reforma y traslado a otro  país,  ha sido el mandatario ecuatoriano Rafael Correa.

Correa, en representación de todos los gobiernos integrantes de la Alianza Bolivariana de Las Américas encabeza desde hace dos años una campaña contra la CIDH, entidad autónoma de la Organización de Estados Americanos.

Correa y sus pares de Venezuela, Nicaragua, Cuba y Bolivia, junto a las presidentas de Brasil y Argentina entre otros gobernantes, han sido los principales promotores de una reforma de la entidad, en la confianza de que los abusos en los que incurren contra sus ciudadanos, no sean rechazados por el organismo.

Durante la 42 Asamblea General de la OEA, Correa atacó a la CIDH y afirmo que “La Comisión Interamericana de Derechos Humanos está totalmente influenciada por países hegemónicos, por el oenegeísmo (ONG) y por los intereses del gran capital”.

Nicolás Maduro,  que como presidente de Venezuela hizo efectiva la voluntad de Hugo Chávez de separar el país del CIDH, declaró en un encuentro internacional, era canciller entonces,  en nombre de los países del ALBA,  que el Sistema Interamericano se había degradado al igual que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos.

Paradójicamente el propio  secretario General de la OEA, José Miguel Insulza, un aliado de quienes piden limitar la autoridad de la CIDH, declaró que su intención es "darle certeza al sistema, en ningún caso debilitarlo y abogó por fomentar una Comisión mucho más flexible", por lo que cabe preguntarle a Insulza,  si la flexibilidad implica no irritar a los autócratas aun cuando lo ofenden,  como cuando el desaparecido Hugo Chávez manifestó que ignoraba al Secretario General y calificó sus declaraciones de necias.

En consecuencia en la 42 Asamblea de la OEA,  se aprobó  realizar cambios en el CIDH, decisión que  se concretó por unanimidad, posteriormente, tras un fuerte debate con los países del ALBA en otra Asamblea.

Por suerte el fallo no afectó la capacidad de imponer las medidas cautelares o de protección que emite el organismo, el propósito principal de los gobernantes que procuran la reforma. 

La realidad es que los gobiernos que buscan limitar la actuación de la CIDH, es porque temen investigaciones independientes que demuestren las violaciones a los derechos humanos en las que incurren y que se dicten medidas cautelares que les impidan continuar con sus abusos.

Una de las secciones del CIDH más atacada fue la Relatoría Especial de Libertad de Expresión, que cuenta con más fondos para trabajar porque acepta donaciones externas,  condición a la que Venezuela,  Bolivia, Ecuador y Nicaragua se oponen, lo que conduciría a su desaparición. Esta relatoría también ha sido muy criticada por los países del ALBA.

La intención de limitar los ingresos del CIDH a las fuentes internas, los estados miembros solo provee el 55 %, implicaría según Tirza Florez, de la Asociación de Jueces por la Democracia de la República de Honduras  “que el CIDH perdería cerca del 45% de su financiamiento, el cual proviene de fuentes externas”.

Instituciones como el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, en una carta suscrita por más de 400 organizaciones no gubernamentales, señaló que "no se puede atropellar los principios en función de coyunturas de corto plazo", Human Rights Watch, denunció que algunos gobiernos quieren cercenar a la CIDH y algunas de sus relatorías, como la de libertad de expresión.

Renzo Pomi, de Amnistía Internacional dijo, "Si los estados intentaran imponer reglas y límites a una institución que crearon independiente, la estarían condenando a la irrelevancia y negando a los habitantes de las Américas la justicia que buscan, agrego que el sistema continental de derechos humanos es "el orgullo de las Américas".

Luz Estela Castro del Centro de Derechos Humanos de las Mujeres dijo que “El doble discurso de los estados es lo que está debilitando nuestro sistema”.

Otra declarante Viviana Krsticevic, del Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, señaló que "Algunas de las propuestas puestas sobre la mesa suponen un retroceso y responden a los intereses de los gobiernos pensados como litigantes, y no como defensores de los derechos en una democracia" y apuntó  “Esta coyuntura es una de las más serias y graves que ha vivido el sistema interamericano en términos del cuestionamiento a su legitimidad”.


Pero todas estas declaraciones y muchas más que han sido omitidas por razones de espacio, no ejercerán ninguna influencia si los gobiernos genuinamente democráticos del continente no enfrentan a los despóticos, pero todavía será peor si cada ciudadano de América calla ante la amenaza que pende sobre los derechos de todos.

octubre 18, 2013

Las voces cautivas de Cuba y Venezuela

                                                  Pedro Corzo
Todos los déspotas, sin importar ideología o procedencia,  son más enemigos de la libertad de prensa y de expresión que de los sectores que se les oponen, porque son conscientes que  la información libre es el factor que más perjudica sus propósitos de conservar el poder e imponer su voluntad.

Las dictaduras militares que ensombrecieron  América Latina en el pasado siglo XX practicaban la censura de los medios de información para evitar que se divulgaran las violaciones a los derechos humanos en que incurrían con regularidad, pero esas restricciones eran temporales y cuando la censura era levantada,  los medios publicaban las noticias que habían sido represadas por el régimen.

En cambio los autócratas de la nueva ola gustan al igual que sus pares castrenses censurar e intimidar a los periodistas y a los medios, pero su objetivo final es controlar la información para que la censura sea permanente y no temporal.

El control o la ausencia de las libertades de expresión e información es una práctica casi constante en América Latina aun por gobiernos que han sido electos por sus pueblos y cuenta con la legitimidad del voto, hay que reconocer que Cuba es una excepción porque en ese país todos los medios fueron confiscados y cincuenta y cuatro años después,  permanecen bajo el control absoluto del gobierno.

Gobiernos como los de Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua  y Argentina, entre otros,  procuran legalmente imponer restricciones que limitan la capacidad de informar y en consecuencia el derecho del ciudadano de estar informado.

Los presidentes de estos países son censores de oficio. Prestan a los medios una particular atención porque rechazan admitir que se divulgue información
que refute la oficial.

La situación de Cuba es muy singular.  La censura en la isla es total. Los medios están controlados y los periodistas de esas entidades hay que calificarlos de oficiales, porque no tienen la potestad de investigar o elaborar un trabajo que no haya sido previamente sometido a la censura, de ahí que en la isla de los Castro haya surgido un periodismo independiente que implica grandes riesgos para los hombres y mujeres que lo practican.

En Venezuela, desde que el desaparecido Hugo Chávez accedió al gobierno, la independencia  de los medios de información ha sido severamente restringida, situación que se ha incrementado bajo el mandato de Nicolás Maduro, que al no tener el control de Chávez sobre sus partidarios y aliados, tampoco su popularidad, va hacia un proceso de radicalización y concentración de poderes con el objetivo de continuar tutelando los destinos del país.

Maduro, imitando una disposición sobre la prensa emitida por la dictadura cubana en 1999, Ley 88 de Protección de la Independencia Nacional y la Economía de Cuba, recientemente creó el Centro Estratégico de Seguridad y Protección de la Patria, “una entidad que tendrá la autoridad de declarar de carácter reservado, clasificado o de divulgación limitada cualquier información, hecho o circunstancia con el fin de  preservar la seguridad nacional, así como también prever y neutralizar potenciales amenazas de enemigos internos o externos”.

Si la Ley 88 de Castro dio fundamento para  la tristemente famosa Primavera Negra de Cuba,  en la que fueron arrestados entre otros activistas,  decenas de periodistas independientes, el Cesppa de Maduro ya está prestando servicios invalorables al déspota venezolano.

Por ejemplo el periodista  Víctor Hugo Donaire fue arrestado por denunciar que agentes de la policía judicial venezolana conducían automóviles de lujo y usaba joyas llamativas y el responsable de un titular en el diario 2001 sobre la escasez de gasolina en la ciudad capital, puede ir a prisión porque la fiscalía de Venezuela, por solicitud presidencial,  inició un proceso judicial porque considera que titulares como esos crean zozobra en la sociedad.

El que la censura se sostenga sobre una legislación no la hace menos perjudicial al disfrute del ciudadano de sus libertades básicas.

Lo que acontece en Cuba y Venezuela y amenaza con suceder en otros países del continente,  es un mal que demanda acciones enérgicas  por parte de los afectados, pero también la solidaridad activa de todo ciudadano libre porque la globalización no solo se expresa en el comercio y el desarrollo tecnológico, también se expresa en la capacidad que tienen los dictadores en coordinar esfuerzos y estrategias para que el ciudadano se transforme en un siervo que debe servir fielmente a quien se ha convertido en su amo.

octubre 11, 2013

El periodismo. Oficio peligroso en América Latina

                                           Pedro Corzo
Investigar e informar no le acarrea problemas a un periodista en una sociedad democrática, pero cuando sus actividades las tiene que realizar bajo un régimen de fuerzas o en medio de grupos irregulares que dirimen sus diferencias por medio de la  violencia extrema, el periodismo se vuelve un oficio particularmente peligroso. 

Bajo esas circunstancias el ejercicio de informar está sujeto a las limitaciones que imponen las diferentes fuentes de poder que en esa sociedad concurren,  por eso cuando los periodistas transgreden los límites que imponen los poderosos, se convierten en el objetivo a destruir para los depredadores, sean estos  gobiernos o sicariatos.
Esto lo ejemplifican las declaraciones en Honduras del presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa, SIP, Jaime Mantilla, que manifestó que las acciones del crimen organizado, el narcotráfico, los gobiernos autoritarios y la impunidad, son las mayores amenazas a la libertad de expresión en Latinoamérica.
Agregó, Mantilla, "ahora más que nunca el narcotráfico y el crimen organizado atentan contra la libertad de expresión, asesinando y amenazando periodistas".
Recientemente el director para las Américas de Reporteros sin Fronteras, Benoit Hervieu, dijo en Chile que la violencia física contra los periodistas y la elevada polarización política,  son las principales amenazas para la libertad de información en el  hemisferio.
Según informes de la Red de Intercambio Internacional por la Libertad de Expresión en América Latina y el Caribe,  más de 74 periodistas  han sido asesinados en el hemisferio entre 2010 y 2012, en ese periodo solo en Honduras fueron muertos 21 periodistas, aunque otras entidades afirman que han sido 35 las víctimas.
Reporteros sin Fronteras destaca en un documento que en Brasil han sido asesinados  tres periodistas, en Guatemala, otros dos y en  Haití, México, Paraguay, Perú y Ecuador, ha sido registrado un asesinato por país en lo que va de año.
Situaciones extremas se han presentado en México. Desde el año 2000 al presente han sido asesinados 103 periodistas. En Brasil desde 1992 a la actualidad, han matado, según el Comité de Protección a los Periodistas,  27  comunicadores, once de los cuales fueron muertos en los últimos tres años.
En Colombia,  una de las democracias más sólidas del continente pero agitada por la narco guerrillas y otros grupos irregulares como los paramilitares, los periodistas han pagado una alta cuota de sangre por defender su derecho a informar.
Una periodista investigativa, Diana Calderón, reportó que entre 1993 al 2008, fueron asesinados 127 periodistas, 57 de los cuales estaban vinculados a la práctica profesional.
Otro informe del CPJ denunció el asesinato de un voceador de un diario colombiano y el crimen de Edison Alberto Molina,  un abogado y político que conducía un programa en el que denunciaba actos de corrupción gubernamental. Por su parte Reporteros sin Fronteras solicitó al gobierno colombiano  protección para Gonzalo Guillén, León Valencia y Ariel Ávila por planes de asesinatos en su contra,  a la vez que demandaba que se investigara judicialmente  la conspiración criminal de la que son víctimas los comunicadores.
Más recientemente el Centro de Pensamiento Primero Colombia, avisó sobre el riesgo en que podría quedar el director del portal Periodismo Sin Fronteras, Ricardo Puentes Melo, tras la decisión oficial de retirarle el esquema de protección asignado por el gobierno, ya que Colombia desde el año 2000 cuenta con un Programa de Protección a los Periodistas y Comunicadores Sociales.

Según Primero Colombia, la organización que dirige Melo ha hecho graves revelaciones de la conducción política del gobierno del presidente Juan Manuel Santos, y que por ello le retiró la protección, situación que niega el director de la Unidad Nacional de Protección, Andrés Villamizar, quien declaró que las medidas se retiran cuando los estudios de un Comité especializado señalan que el riesgo ha desaparecido.
Sin embargo Puentes Melo afirma que su posición ideológica, las críticas al presidente Santos y en particular la advertencia de que las FARC atentarían contra el presidente Álvaro Uribe, determinaron el retiro de su protección.


Afirma Jaime Mantilla en su condición de presidente de la Sociedad Interamericana de Prensa que los Estados son los responsables de garantizar la seguridad y la libertad de expresión, pero que muchos gobiernos no cumplen con sus atribuciones constitucionales , mientras Reporteros sin Fronteras afirma que  "Los esfuerzos de protección no servirán de nada si no existe un dispositivo de lucha contra la impunidad a la altura de la situación actual", y recuerda  que en los últimos tiempos se han multiplicado las amenazas, los ataques y los atentados contra periodistas, y también contra defensores de los derechos humanos, representantes sindicales y activistas de las comunidades".

Lo anterior lleva a una conclusión. Nuestras libertades y derechos están en peligro hasta en las democracias, ¿Qué vamos a hacer?

octubre 08, 2013

Bolivia, la dictadura institucional se eterniza

Pedro Corzo
Una investigación sobre la duración de los mandatos presidenciales en Bolivia, incluidas las dictaduras militares que ha padecido, reflejan serios problemas de gobernabilidad que aparentemente el desestabilizador de oficio,  Evo Morales,  ha podido superar como consecuencia de la dictadura institucional que rige el país.

El líder cocalero ha sido el mandatario boliviano que por más años ha dirigido los destinos de la nación de forma consecutiva, no solo en el siglo XXI sino también en el pasado siglo XX.

El gobernante que más se le aproxima en el Palacio Quemado es el general Hugo Banzer Suarez, cuya dictadura más veterana llegó a los siete años.

Banzer controlaba los cuarteles y Morales manipula a su antojo las instituciones del estado, por lo que su dictadura tiene una platina de legitimidad que favorece la propaganda y la manipulación de la realidad nacional.

Evo Morales después de haber sido el artífice de un proceso de caos que desestabilizó el país, fue electo presidente en el  2005, para el período 2006-2011, pero interrumpió su mandato, una práctica  común entre los gobernantes de la Alianza Bolivariana de las Américas,  que después de convocar y promulgar una nueva constitución, hecha a la medida y que interpretan a su conveniencia, citan a comicios generales en los que otra vez son candidatos.

El primer gobierno de Morales debía concluir en el 2010, pero la maniobra constitucional le permitió postularse en el 2009, había gobernado tres años, por lo que al ser reelecto, extendió su periodo constitucional hasta el 2015, por lo que según lo pautado por la constitución gobernara el país por nueve años.

Antes de las elecciones del 2009,  el presidente Morales aseguró que no buscaría una segunda  reelección en el 2014.


Pero los años pasan y a la ambición de poder se suma el espíritu de sobrevivencia. Bajo los gobiernos de  Morales y Álvaro García Lineras se han producido numerosos crímenes, abuso de poder, incrementado el cultivo de la hoja de coca y aumentado la corrupción, delitos para los que tiene inmunidad  mientras gobiernen, razón para buscar mantenerse en el poder al menos hasta el 2020. 

El actual ministro de gobierno, Carlos Romero, uno de los protagonistas de los acuerdos a los que arribó la dirigencia política boliviana en el  2008, publicó un documento en que se afirma que el Movimiento Al Socialismo (MAS),  renunciaba a una tercera candidatura de Morales de forma consecutiva.

Un informe de la misión de observación electoral de la Organización de Estados Americanos fechado el 20 de octubre de 2009 sobre el referéndum y de aprobación de la nueva Constitución del 25 de enero de ese mismo año, apunta que el gubernamental Movimiento Al Socialismo llegó a un acuerdo con la oposición de entonces, para que Evo Morales fuera reelecto sólo  una vez.

Por su parte el Secretario de Asuntos Políticos de la OEA,  Kevin Casas Zamora, remitió el pasado 6 de junio al expresidente Jorge Quiroga una carta en la que indica que “en lo que toca a la reelección presidencial, la decisión del Tribunal ofrece una interpretación del texto constitucional vigente que se aparta de aquella prevaleciente durante la negociación política que precedió a la aprobación de dicha Nueva Constitución”.

Esta misiva fue desautorizada por el secretario general de la entidad hemisférica, José Miguel Insulza quien  escribió al gobierno de Morales pidiendo disculpas y señalando que “Las expresiones del Secretario de Asuntos Políticos no expresan una valoración de la Secretaría General sobre las mismas. Cualquier otra interpretación o juicio de valor sobre el tema a que se refiere la nota emitida no condice con las normas y principios de la OEA”.

Insulza constante en una conducta que favorece las dictaduras del ALBA, reafirmó que la OEA respeta la decisión que adoptó el Tribunal Constitucional Plurinacional sobre una nueva postulación de Morales y el vicepresidente Álvaro García.

La Constitución permite la reelección por dos mandatos consecutivos,  pero el Tribunal Constitucional, parte del entramado institucional que controla  Morales, sancionó  que no debe tomarse en cuenta el primer mandato del presidente, lo que ha generado una ola de controversias en el país.

La diputada oficialista y ex presidenta de la Cámara de Diputados, Rebeca Delgado, rechazó  la resolución y expresó, “el respeto por la Constitución pasa en aplicar exactamente lo que dice la disposición transitoria primera, en el párrafo II, pasa por respetar eso. La constitución está absolutamente clara, donde dice que los mandatos anteriores serán computados para las próximas elecciones".

Los autócratas del ALBA montados a  horcajadas  en una ola de populismo extremo, aderezado de un fuerte nacionalismo que sitúa en su mira a los Estados Unidos, pretenden perpetuarse en el poder por medio de elecciones y con discursos de justicia social que solo se concretan en el enriquecimiento personal de los caudillos, la nomenclatura y su familia.