agosto 31, 2013

HISPANIDAD

                                    Pedro Corzo 
“El hispanoamericanismo liberal debe ser criba de valores y también, en las partes enfermas, escalpelo y cauterio”. Luis Araquistaín. El Sol.1927

En ciertos sectores sociales y en particular en varios medios informativos,  se escucha o lee con frecuencia el término hispano o latino. El uso del primero es relativamente reciente, porque se afirma que surgió en los años 20 del siglo pasado, para identificar a las personas que hablan español y cuya cultura se origina en el país ibérico. 

Sin dudas es Estados Unidos el país donde más se usan esos términos como parte fundamental de un esfuerzo de un sector de la sociedad  que legítimamente pretende  identificar una minoría que procede de diferentes países y que a pesar  de las razonables diferencias regionales,  tienen mas factores en común, particularmente el idioma, que elementos que sean contrarios a una identidad común.


No obstante, no se puede pasar por alto que en los tiempos de las grandes inmigraciones europeas, los sociólogos estadounidenses de la época no identificaban a los irlandeses, italianos y alemanes, unos pocos ejemplos, como europeos, quizás la excepción fueron los judíos, porque aunque procedían de diferentes países,  tenían el denominador común de una religión.

Tal vez el que no se produjera una identificación a esos grupos migratorios radicó,  entre otros factores,  en que los grandes núcleos de esas poblaciones se asentaban en áreas muy especificas y que el limitado desarrollo de las comunicaciones y del transporte  dificultaban la identificación de intereses comunes, situación que la globalización, las redes sociales y la profundización del estado de derecho  han facilitado, posibilitando el fortalecimiento de la influencia hispana. 

A diferencia de otras emigraciones, los hispanos se han diseminado por todos el país y aunque algunas nacionalidades que integran la precaria definición tienen mas inclinación a asentarse en una región que otra, su presencia es nacional y su influencia de igual condición, lo que tal vez ha motivado una especie de hispano centrismo en algunas personalidades, organizaciones no gubernamentales y hasta en entidades comerciales, particularmente medios de comunicación, que se han sumado al coro quizás por algo de altruismo, pero también  como una práctica de mercado de la que esperan beneficios.  

Pero la prudencia cuando se promueve una causa es conveniente, porque se disminuyen los pretextos de los potenciales o reales enemigos que la puedan  afrontar. 

Los que promueven la hispanidad, religiosos, políticos o comunicadores sociales  deberían ser mas cuidadosos al exponer sus puntos de vistas, ya que en ocasiones sus críticas a este país son tan absolutas e incluyentes que algunos podrían ver un toque de racismo en ellas. 

Es importante, trascendente,  defender las raíces de la nación de que la se procede pero sin caer en chauvinismo, sin asumir la concepción de que tenemos privilegios por el simple hecho de formar parte de una cultura o una etnia y esa es lamentablemente la opinión que generan algunos promotores  de la hispanidad, al extremo que dan la impresión de que están convencidos que sus iguales han bendecido a este país con su presencia. 

Los problemas de un ciudadano en cualquier país, ya sea por nacimiento o adquirida la ciudadanía, son comunes: Trabajo, educación, vivienda, salud y el respeto a sus derechos por parte de las autoridades, pero ningún grupo o sector, debe disfrutar de privilegios que vayan en detrimento de una parte de la sociedad.

Los hispanos y en consecuencia la hispanidad  han ido adquiriendo en este país una particular importancia, entre otros factores porque su creciente presencia les convierte en objetivo de cualquier político y  porque según aumenta su número, aun cuando no pueda participar en las elecciones, son un mercado de consumo que ninguna empresa de servicios o producción puede atreverse a descuidar.

Pero esa creciente influencia también puede ser objetivo de demagogos presentes en la política, los medios o la academia, que pueden transformar la hispanidad en un etnocentrismo que afecte los progresos alcanzados y que nos segregue de la comunidad nacional. 

Es chocante escuchar una noticia en la que el presentador menciona las bajas ocasionadas por un ataque terrorista  y señala, “murieron tres soldados, entre ellos un hispano”, otra que refiere, “cuatro hispanos fueron heridos en Coconut Grove” o a una presentadora que durante un programa de variedades le pregunta a su colega si entre los seleccionados masculinos en un certamen, había algún hispano.

Ser huésped y más cuando no se ha sido invitado, implica respetar las reglas del dueño de la casa. Hay que estar dispuesto a formar parte del país que hemos elegido, lo que no implica perder la identidad propia.

Llegar a un lugar al que se arriba por propia decisión y demonizarlo, es absurdo e injusto, y todavía lo es  más cuando se tiene la posibilidad de retornar a la casa propia. 

agosto 25, 2013

Nuevos Retos del Castrismo a la Oposición

                          Pedro Corzo
La dictadura cubana ha tomado en tiempos recientes varias  decisiones que repercutirán significativamente en las actividades de la oposición y en la percepción que sobre ella,  se tenga en Cuba y en el exterior.

Todas las providencias del régimen de una u otra manera han estado vinculadas a la represión y contención de la sociedad en general, y de la oposición en particular. Nada novedoso en el fondo,  pero si en la forma.

Durante años fueron mandatorios  las  fuertes sanciones a prisión, la otra alternativa, eran las condenas a muerte.  La represión fue brutal. El ciudadano fue abatido y surgió el compañero, el cordero del rebaño en que se había transformado la sociedad.

Después de décadas de brutal represión en las calles y prisiones, se produjo un quebranto cuando el paredón quedó como una espada de Damocles pendiendo sobre la cabeza de todos los cubanos.

Hace un par de años el escenario cambio sin que la represión desapareciera. Las altas condenas a los presos sin delitos,  fueron reservadas a casos específicos.

Muchos de los detenidos empezaron a ser sentenciados a pocos años de cárcel,  por los mismos actos en los que otros en el pasado habían sufrido severas condenas.

Paralelamente el régimen también instrumentó una  represión de baja intensidad que se caracteriza por breves arrestos, constante acoso, permanente intimidación, vejaciones, en particular a las mujeres,  y restricción a la libertad de movimiento. Ninguno de estos recursos es nuevo en el arsenal represivo, salvo que en la actualidad su práctica es sistemática.

Otra providencia ha sido la política migratoria que inauguró este año.

Cierto que las nuevas regulaciones afectan a todos, pero el régimen tiene la certeza de que los más beneficiados no serán los cubanos de a pie, sino aquellos individuos que tienen familiares fuera del país, o los activistas más destacados de la oposición,  para los que siempre habrá de parte de los exiliados el apoyo necesario para que puedan viajar al exterior.

El gobierno con esta nueva legislación monta un entramado complejo que demanda de la oposición de las dos orillas mucha cautela, por la simple razón que la dictadura convierte en privilegio lo que en cualquier país del mundo es un derecho inalienable.

La dictadura siempre ha procurado aislar de la población a los opositores, pero en esta ocasión refuerza los viejos métodos,  porque esa masa que ha visto con poco menos que indiferencia los abusos contra los opositores,  se resentirán contra el vecino que por  su activismo ciudadano, es reconocido fuera del país, viaja al extranjero  y regresa con bienes que ellos no poseen.

Por otra parte en el propio entablado de la oposición surgirán celos y contradicciones. La condición humana puede manifestarse de muchas maneras y no es de dudar que algún que otro Caín se deje comprar por un plato de lentejas.


Esos son algunos de los retos que enfrentaran los dirigentes de la oposición cubana cuando regresen a Cuba, por eso la modestia y sobriedad han de ser factores claves para ampliar las bases de la oposición y ser más eficiente en la lucha por la democracia.

Viajar, conocer otros parajes, otras personas y realidades, son muy importantes en la vida y mucho más para un político. La  mayoría de los opositores cubanos han estado obligados a vivir entre paréntesis, por lo que es muy importante que cuando viajen al exterior,  más aun si deciden regresar a la isla para continuar con las obligaciones que asumieron por sus convicciones, no pierdan oportunidades, y como esponjas, recojan conocimientos y experiencias para que puedan usarla y trasmitirla.

Salir de la isla prisión en una bendición para cualquiera,  porque eso incrementa las oportunidades de poder trabajar con mayor eficiencia a favor de la democracia.

Los exiliados, no todos los cubanos que viven fuera lo son, y los amigos de la causa democrática de Cuba, gracias a estas personas que viajan,  puede tener un mejor conocimiento de lo que ocurre más allá de las costas de la isla.

Ellos pueden denunciar los abusos y violaciones de los derechos humanos del régimen de los Castro con la propiedad de haber sido víctima de esas vejaciones.

El mejor testigo es quien ha presenciado un crimen y ellos tienen ese doloroso privilegio y a la vez el honroso deber de decirles en la cara a quienes incompresiblemente siguen negando la naturaleza de la dictadura cubana, la verdad.


Escucharles, debatir ideas, discutirlas, es de gran beneficio para todos, pero en particular para la democracia en Cuba, si cuando regresen siguen cumpliendo con su conciencia, a pesar de los riesgos y peligros que tal actividad encierra, podemos estar seguros que un día no muy lejano todos y cada cubano será verdaderamente libre. 

agosto 16, 2013

Costa Rica. Decana en Democracia y Derechos Ciudadanos.

                          Pedro Corzo
La mayoría de los países que ocupan con frecuencia espacios en la prensa internacional, es porque enfrentan problemas de gobernabilidad, o que el régimen de turno, ha dispuesto medidas que en alguna dimensión afectan la vida normal de la nación.

Un ejemplo de lo anterior es Costa Rica, que  en raras ocasiones es mencionada en un cable de una agencia de prensa internacional, porque lamentablemente las cosas buenas raras veces son noticias.

Como es una nación en la que se respetan los derechos ciudadanos, pocos conocen que Reporteros sin Fronteras en su informe del 2013, destacó que es el país con mayor libertad de prensa en el continente,  ocupando la posición 18 en la clasificación mundial.

Si se hiciera una encuesta sobre cuales son los estados del hemisferio que más reportan los medios informativo en América Latina, tendría que concluirse que los más representados son los que integran el Alba o los gobiernos asociados directa o indirectamente al proyecto del socialismo del Siglo XXI.

A esta conclusión se arriba por las contadas ocasiones en la que los medios informativos se refieren a Costa Rica, un país que tiene las credenciales de ser la democracia más antigua de América latina.  

Desde 1948, cuando tuvo lugar la Guerra Civil,  un conflicto que provocó más de dos mil bajas, que se desató entre otros factores por la falta de transparencia del proceso electoral de ese año, se inició un proceso que ha estado caracterizado por una institucionalidad sin paralelos en todo el continente.

Los costarricenses viven en un país que se encuentra ubicado entre las 22 democracias más antiguas del mundo, a la vez que cuenta con una condición muy particular, y es que no tiene un ejército regular, aunque tampoco faltan entidades que se hagan cargo de la  seguridad pública,  como el ministerio que se ocupa de esa rama del gobierno.

El país cuenta con 14,000 policías para velar por los cerca de cuatro millones y medio de habitantes, y aun así, de acuerdo con el Índice de Paz Global es la nación más pacífica de Centroamérica, ocupando una importante posición en el resto del hemisferio.

La tasa de homicidios en 2012 fue de 9,1 por 100.000 habitantes mientras que en otras naciones del istmo centroamericano, como Honduras,  es 85,5 según registros de organismos de Naciones Unidas.

La organización no gubernamental Transparencia Internacional en un estudio que abarca 176 países, señala que Costa Rica continúa entre las economías menos corruptas del mundo, a pesar del escándalo en que un expresidente, Miguel Ángel Rodríguez, está acusado de haber recibido comisiones de empresas reaseguradoras en negocios del estatal Instituto Nacional de Seguros.

Costa Rica sin conculcar los derechos de sus ciudadanos y sin pretender ser una nación perfecta, ocupó en el Índice de Desarrollo Humano el noveno mejor lugar en América Latina, en el aspecto de Desigualdad de Género aparece entre los países más igualitario del continente y PNUD afirma que la nación centroamericano se encuentra entre los pocos países que han alcanzado un desarrollo humano mucho mayor que otros países con similares  ingresos.
Otra información a destacar de este país,  es que es uno de los líderes mundiales en la protección del medio ambiente y fue uno de los primeros en implementar un sistema de Pagos por Servicios Ambientales. 

El país es promotor del turismo sostenible. Es el tercer país latinoamericano en recibir turistas. En el 2012 más de dos millones de visitante permitieron un ingreso superior a los 2 mil doscientos millones de dólares.

Costa Rica se encuentra en las listas de "Los 10 Mejores Destinos Éticos del Mundo en Desarrollo" tanto del año 2011 como del 2012. Una clasificación anual producida por la revista "Ethical Traveler", que se fundamenta en un estudio de los países en desarrollo, en categorías  como protección ambiental, bienestar social y derechos humanos

Sin la pompa de gobiernos como los de Chávez o Maduro,  los Castro, Correa, Ortega o Evo Morales, alcanzó el quinto lugar en el Índice de Desempeño Ambiental, mientras en el Índice de Paz Global se encuentra entre los tres primeros del continente,  solo superado por Chile y Uruguay.

Según la Fundación Nueva Economía este país rico en valores democráticos y en el respeto a la dignidad de sus ciudadanos,  logró el   primer lugar en el Índice de Planeta Feliz en el 2012, distinción que ya había alcanzado en el 2009.

Los gobiernos ticos han demostrado que no es necesaria la persecución política de los adversarios para conservar la soberanía e independencia nacional, han confirmado que la paz social no se conquista estableciendo dictaduras institucionales y pretendiendo controlar la sociedad civil, que la seguridad ciudadana no se construye comprando tanques y aviones de ultima generación, y que el desarrollo económico no se alcanza a fuerza de amenazas, confiscaciones y expropiaciones, como hacen los regimenes de Cuba o Venezuela.

Costa Rica no gana titulares por el despotismo y las injusticias de sus gobiernos,  sino por la estabilidad y gobernabilidad en la que viven sus ciudadanos.




agosto 08, 2013

Entrevista a Guillermo Fariñas

Las cuentas de los otros

                                                           Pedro Corzo

“ni andar cobrándole al hijo
la cuenta del padre ruin
y no olvidar que las hijas
del que me hiciera sufrir
para tí han de ser sagradas
como las hijas del Cid".
Andrés Eloy Blanco


Uno de los sucesos más relevantes y positivos de los últimos años es el rol que ha ido asumiendo la mujer en la sociedad,  particularmente en la política.

Podremos estar de acuerdo con las actuaciones de algunas mandatarias, discrepar con sus compromisos ideológicos y hasta cuestionar su conducta pública, tal y como hacemos con los hombres, pero es evidente que la llegada de la féminas al escenario político le dan a este un carácter más amplio, profundo y justo, que cuando la política era un predio exclusivo del sexo masculino.  

A esta realidad debemos agregar el factor que se está presentando en Chile donde en las próximas elecciones presidenciales las favoritas son dos mujeres, con la particularidad de que ambas representan por herencia,  un pasado que dividió a la nación y que todavía no ha sido superado del todo.


Las candidatas Evelyn Matthei, hija del general de la Fuerza Aérea, Fernando Matthei, exministro de Salud y miembro de la Junta Militar de la dictadura de Augusto Pinochet y Michelle Bachelet, hija del también general Alberto Bachelet, torturado por sus camaradas por oponerse al golpe militar y muerto en prisión en 1974, donde fue encerrado por "traición a la patria”.


Como se aprecia ambas mujeres tienen orígenes familiares muy semejantes, pero las decisiones de sus respectivos padres ejercieron una fuerte influencia en el futuro de cada una de ellas, determinando en cierta medida, las acciones de vida y los compromisos de cada una.  

La médica pediatra Bachelet, 62 años, candidata a la Concertación de Partidos por la Democracia, perseguida política, exiliada, y ex presidente de la República, tuvo después del golpe una vida distinta a la de su rival, la ex ministra del Trabajo y economista Matthei, 60 años, candidata por la Unión Demócrata Independiente, permaneció en Chile en el círculo de gobierno,  por lo que no padeció las angustias y sufrimientos de su rival.

La vida de ambas mujeres hace muy particular el proceso electoral chileno y abre una ventana de lo que puede ocurrir en otros países, con los hijos de los déspotas y los de sus opositores, ya que los antecedentes paternos de cada aspirante, pueden influenciar de forma determinante en la elección o derrota de un candidato.

Chile es un ejemplo de lo que puede ocurrir en Cuba cuando concluya el totalitarismo castrista y se establezca en la isla una sociedad en la que se respeten los derechos humanos, se celebren periódicamente elecciones plurales  tal y como ocurre en los países del cono sur donde imperaron dictaduras militares, evidentemente distinta a la cubana, pero dictaduras a fin de cuentas. 

Pero imaginemos unos comicios en Cuba con todas las garantías necesarias,  donde un descendiente directo de los Castro o de cualquiera de sus testaferros, aspire a la presidencia de la República y que frente a ese candidato  se esté postulando un hijo o nieto de uno de los muchos fusilados, apellidase Sorí Marín, Ramírez o Prieto, por solo citar tres apellidos de miles.

La situación para el elector puede ser compleja, aunque solo debería remitirse a los antecedentes del individuo.

Por ejemplo si el candidato fuese Mariela Castro, hija de Raúl Castro, la decisión no debería ser difícil para aquellos que consideran nefasta la dictadura de los hermanos Castro, no porque ella sea la hija del dictador sucesor, sino porque esta señora ha desempeñado importantes cargos en la dictadura que conduce su padre.  

Ha sido una funcionaria importante del régimen, conoce las violaciones en las que el gobierno ha incurrido de forma sistemática y permanente.

Los mismos patrones deberían regir para otros descendientes de dictadores que hayan tenido participación en el gobierno de sus padres pero sería pernicioso para la sociedad en su conjunto,  oponerse a un candidato que no ha estado vinculado por acción a una dictadura, a excepción del lazo sanguíneo con sus conductores.

En realidad los antecedentes familiares no deberían determinar en las decisiones de los electores. El voto debe emitirse en base a los valores y conducta del postulante, a la historia de vida del candidato, aunque en realidad a la mayor parte de las personas les resulta muy difícil superar  la historia familiar del aspirante a un cargo público.


Ninguna persona está comprometida con las acciones de sus padres, solo de las propias, así como el elector es el responsable del gobierno que eligió, o del que resultó electo por su abstención. 

agosto 03, 2013

Nunca más, 26

                         Pedro Corzo
El golpe militar del 10 de marzo de 1952, desencadenó en Cuba una serie de acontecimientos que derivaron en un proceso insurreccional, que culminó con el establecimiento de un sistema político que situó al país en pleno escenario de la Guerra Fría.

El golpe, de una manera u otra, afectó la vida de todos los ciudadanos al extremo que es posible que si Fulgencio Batista y sus acólitos no hubiesen producido el "cuartelazo", Fidel Castro no habría tenido las oportunidades que le brindó un régimen que interrumpió un proceso constitucional, en el que hubieran sido elegidos democráticamente cuatro presidentes de manera consecutiva.

Pero Fidel Castro, que desde sus tiempos de pandillero, contó con una pequeña corte de incondicionales, nunca disfrutó de la confianza popular para lograr una de las muchas posiciones electas a las que siempre aspiró, ya como presidente de la Federación Estudiantil Universitaria, la presidencia de la Facultad de Leyes o Representante a la Cámara, esta última se vio truncada por la acción que protagonizó el hombre del 4 de septiembre de 1933, nunca se vio respaldado por el voto popular.

Es de suponer que Castro recibió con agrado el golpe militar.  Sus muchos fracasos en las lides electorales le convencieron que era más fácil luchar con las armas que participar en una contienda electoral en la que el perdedor desaparecía sin gloria y el ganador, tenía que someterse periódicamente a la voluntad popular.

Las nuevas condiciones políticas del país fueron el caldo de cultivo para que Castro se proyectara a dimensiones qué ni sus asociados más íntimos, eran capaces de imaginar. Su ambición desmedida, un aguzado sentido de la oportunidad, la audacia que le caracterizaba, una absoluta falta de lealtad a los compromisos contraídos, su tenacidad y talento político, maduraron y fortalecieron en la medida que demandó el liderazgo que él mismo se impuso y que logró gracias a su naturaleza cruel y despiadada.

Evaluando el ataque y la personalidad del individuo que lo gestó y condujo, se puede concluir que fue una jugada arriesgada de todo ó nada, un escalón más en procura de una imagen de héroe que todo lo podía y a todo vencía y a quien la derrota solo servía como trampolín para otro combate.

Castro, que se había fogueado entre gánster, actuaba como "guapo de pandilla", peleaba, corría riesgos pero estaba listo para salvar la vida, su audacia era complementada con un aguzado sentido para cambiar de bando en el momento oportuno, que nunca le falló en las traiciones que le infligió a grupos como el MSR o a la UIR.

Le protegió el obispo de Santiago de Cuba, Enrique Pérez Serante y más tarde el teniente del ejército, Pedro M. Sarriá Tartabull. El proceso judicial al que fue sometido le fue favorable, habló todo lo que quiso, acusó al régimen y dictó un documento de compromisos políticos que le igualaban de un golpe, con los líderes políticos de la nación.

A pesar que el ataque al Cuartel Moncada fue un rotundo fracaso por lo mal planeada y organizada que estuvo la operación por quien después se auto titularía Comandante en Jefe, y a quien sus sicarios han gustado presentar a través de los años como un excepcional estratega militar, los sobreviviente del asalto han logrado imponer un régimen que ha llevado a Cuba a la destrucción moral y material.

La crisis política que padecía la nación fue la coyuntura ideal para que en el país se estableciera una dictadura carismática-ideológica, al extremo que sería irracional negar que el primero de enero de 1959 y los meses siguientes, fueron jornadas luminosas para la mayoría de la población, mientras las minorías eran victimizadas.

Pero el terror y sus consecuencias, el miedo y la parálisis social, no tardaron en difundirse. El país se fue hundiendo económicamente. Se escindieron amistades y familias. La miseria, cárcel, exilio y la muerte,  fueron derivaciones que afectaron a toda la sociedad.

Sesenta años después del Moncada y a cincuenta y cuatro del triunfo de la revolución,  hay muy poco de lo que se pueda enorgullecer el castrismo.

En la isla se ha establecido  una nomenclatura que ha disfrutado sin interrupción del poder absoluto, que ha degradado tanto a la nación que el propio Raúl Castro, el otro arquitecto de la dictadura, no tuvo otra alternativa que criticar públicamente.

Raúl, el hermano de Fidel, el hombre que ponía más argamasa en cada ladrillo sobre el que se sostiene la estructura del totalitarismo, dijo: “Hemos percibido con dolor, a lo largo de los más de 20 años de período especial, el acrecentado deterioro de valores morales y cívicos, como la honestidad, la decencia, la vergüenza, el decoro, la honradez y la sensibilidad ante los problemas de los demás”.

La realidad es que la vagancia, irresponsabilidad, la vulgarización del lenguaje, las costumbres y la masificación, exterminaron al ciudadano. La corrupción, el abuso de poder y el cisma provocado por el sectarismo moral e ideológico impulsado por el castrismo, han alcanzado niveles nunca imaginados.

El totalitarismo es el principal responsable de la casi generalizada corrosión moral de la nación, en consecuencia no se puede confiar que un proceso de Sucesión comandado por  el dictador designado pueda conducir al país a la libertad y la democracia.

No hay cambios posibles bajo la férula de Raúl Castro, porque han construido una sociedad que salvo excepciones, ha perdido las esperanzas y tiene que construirse nuevo paradigmas.