Pedro Corzo
El periodismo es una
profesión libre e universal, al extremo que una persona que sea capaz de
expresar una idea con relativa coherencia, escrita u oral, está fungiendo en
alguna medida como periodista, porque como dice el escritor Ramiro Gómez
Barrueco, el periodismo es una de las pocas profesiones libres que existen en
el mundo, lo que motiva que sea aborrecida por aquellos que no
quieren que se digan las verdades sobre sus actuaciones.
En Colombia funciona
una organización que se llama Periodismo Sin Fronteras que dirige Ricardo
Puentes Melo, un calificativo que debería regir el ejercicio del periodismo,
porque entre los comunicadores no deberían existir fronteras ideológicas o
físicas, en lo que respecta a la defensa de la integridad del mensajero y del
mensaje.
Entre los periodistas
debería haber una mayor solidaridad porque no hay comunicador que esté
protegido contra la vesania de los poderosos, gobiernos, políticos,
empresarios o el crimen organizado, cuando la información afecta sus intereses.
Es preciso reconocer
que la censura u otro tipo de peligro que enfrenta la libertad de expresión e
información, no es una práctica exclusiva de las dictaduras, porque hasta en
las democracias hay informadores y medios que se ganan la animadversión y a
veces algo más, de los que mandan.
Regresando a
Periodismo Sin Fronteras, el periodista e historiador Eduardo Mackenzie,
acusa a las autoridades de Colombia, sin dudas un gobierno democrático, de
intentar sistemáticamente atemorizar al periodista Ricardo Puente
Melo, porque según Mackenzie, desde que el presidente Santos asumió la
presidencia, “mostró su mal humor e incluso una cierta brutalidad verbal,
contra la prensa y los periodistas que se atrevían a cuestionar sus actuaciones”.
Otras democracias del
continente, solo unas muestras de los muchos botones, no tienen
reparos en atacar a los periodistas que les incomodan.
En Argentina se da el
caso de que hay manifestantes que salen a las calles con los rostros de los
periodistas que critican al gobierno y también son fuertemente criticados en
los medios oficiales, en Ecuador otra democracia electoral, la libertad de
cuestionar el gobierno de Rafael Correa esta siempre amenazada y lo mismo
pueden condenar a prisión al comunicador que dictar una fuerte multa en su
contra, en Brasil ya van cuatro los periodistas asesinados este año por cumplir
con su deber de informar y en Honduras desde el 2009 han muerto violentamente
32 periodistas.
Bajo el régimen de
Hugo Chávez y Nicolás Maduro los espacios de libre información están casi
extinguidos. Medios internacionales de prensa y periodistas extranjeros han
sido expulsados, los comunicadores nacionales amenazados, los medios
confiscados o las licencias de trasmisión canceladas.
En Cuba no hay
libertad de expresión e información hace más de cinco décadas. Los medios están
al servicio del estado y el trabajo periodístico se limita exclusivamente a
comunicar lo que le indican, al extremos que los medios de la isla no reportan
crímenes y hace muy poco tiempo empezaron hacer referencias a accidentes de
tránsito.
Por otra parte es
justo destacar que hay periodistas que son una amenaza a la libertad de
expresión de aquellos que no piensan como ellos, sus conocimientos y talentos
están al servicio de quien les recompensan y no
dudan difundir falsas informaciones y atacar sin reparo a quienes
consideran enemigos de lo que defienden.
El gobierno de La
Habana ha marcado pauta en formar una generación de políticos,
agentes de inteligencia o seguridad, camuflados de periodistas que solo
trabajan como desinformadores.
Un comunicador cubano
puede ser diplomático en un país, en otro espía y en un tercero un
periodista trabajando para Prensa Latina, una supuesta agencia de
prensa que en realidad es un aparato de subversión y desestabilización al
servicio del castrismo.
La dictadura cubana
disfraza a sus agentes de periodista porque esa condición le
facilita el acceso a los medios.
Recientemente el
politólogo boliviano Carlos Sánchez Berzaín denunció al diplomático cubano
Rubén García Abelenda, quien fue agregado de Prensa en Madrid y después
ministro Consejero de la Embajada de Cuba en su país, de escribir, usando un
seudónimo, artículos periodísticos a favor de Evo Morales y contra
personalidades que están comprometidas con la democracia.
Para Sánchez Berzain,
el diplomático García Abelenda podría usar como seudónimo el nombre de algún
periodista vinculado al régimen de La Habana, lo que ejemplificaría como
el servicio diplomático cubano y los de desinformación están
estrechamente asociados.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario