Pedro
Corzo
Muchos
consideran que los principales rubros de exportación del castrismo son los
servicios médicos y otras categorías de profesionales, pero olvidan incluir
otros más singulares y productivos, que aunque habían sido
facilitados a otros países, ha sido en Venezuela donde mejor se ha podido
apreciar su sofisticación y los grandes beneficios que recibe el proveedor,
Cuba, a cambio.
Venezuela
es para el régimen de los hermanos Castro una especie de laboratorio en el que
ha podido ensayar nuevas tácticas represivas, desestabilizadoras, divisivas,
readaptar viejas fórmulas restrictivas e instrumentar sistemas de
control acorde con los nuevos medios de comunicación.
Es una
realidad que las más de cinco décadas de régimen totalitario de los Castro, le
ha permitido sumir al pueblo cubano en niveles de pobreza extrema y en una
lastimosa crisis de valores que solo se revertirá cuando el compañero se
convierta en ciudadano, recupere la esperanza y sea capaz de construir su
propio futuro.
Pero el
fracaso en procurar para los gobernados un mejor nivel de vida y de
oportunidades, no han afectado a los funcionarios del régimen, ya
que han adquirido sustanciales y variados conocimientos y experiencias en ramas
del poder, que aunque no son propiamente productivas, hacen posible
que conserven el mando y recibir beneficios tangibles e intangibles cuando
exportan a mercados especiales, ávidos de ese conocimiento, lo que en inglés se
denomina “knowledge”.
En todo
el hemisferio no hay un aparato represivo con la experiencia del cubano, ni con
similar capacidad de mutar de victimario a víctima. Los fusilamientos de las
décadas de los 60,70 y 80 no guardan similitud con la oleada represiva de la
Primavera Negra, salvo las largas sentencias a prisión, y éstas no se
parece a los arrestos temporales del presente.
Los
represores cubanos lo mismo actúan como oficiales de un cuerpo del estado o
como ciudadanos indignados, léase paramilitares.
Otro
renglón que le produce a la dictadura insular muchos beneficios son sus
conocimientos sobre actividades de espionaje, infiltración y desinformación.
Sin dudas fueron alumnos aventajados de los soviéticos y alemanes, porque a
pesar de sus errores, cuentan con recursos para influenciar o al menos desviar
de sus objetivos, algunos rivales y adversarios.
Para
ejercer influencia y control sobre sus enemigos cuentan con el
conocimiento de la condición humana que le han otorgado cincuenta y cinco años
de tortura física y mental, la oportunidad de haber manipulados grandes masas
de individuos, la regulación de la miseria y la concesión de privilegios, pero
también poseen una noción de cómo puede actuar un individuos ante diferentes
circunstancias.
El
chantaje o el soborno el castrismo lo ha llevado a cotas difíciles de imaginar.
Graban hasta lo más insignificante de una persona de interés, incluido amigos y
aliados. Su uso depende de las características del objetivo. La cartera de
recursos es tan amplia como situaciones que la persona quiera ocultar.
Controlar
o al menos influenciar en el campo enemigo es de vital importancia.
Sitúan topos, gente que se presentan muy dispuesta, capaces y
obedientes que se ganan la confianza de quienes les rodean y que sutilmente
incentivan las diferencias entre quienes lideran una posición o proyecto.
El
servicio exterior de Cuba tiene vasta experiencia, son pocos los países que
tienen un cuerpo diplomático tan capaz y tan comprometido con su gobierno, y no
con el estado que supuestamente representan y ese es en la actualidad el
objetivo de la cancillería venezolana.
Los
diplomáticos venezolanos deben ser militantes. Individuos
comprometidos con el pensamiento oficial. Defensores a ultranza del régimen y
agresores contra los que disientan.
Los
sujetos de la diplomacia cubana reciben beneficios proporcionales al servicio
que prestan. Reciben una fuerte preparación en los entramados de la diplomacia.
Son burócratas inocuos que cuando sus superiores lo determinan, se transforman
en espías protegidos por su inmunidad.
No hay gobierno
que tenga más diplomáticos expulsados por espiar que el cubano, y es de esperar
que sus pares venezolanos estén recibiendo preparación en ese sentido.
Por
supuesto que las Fuerzas Armadas Venezolanas son el más importante
objetivo del castrismo. Catequizar a los altos mandos, pero también a los
oficiales de menor graduación en la ideología oficial es determinante, al igual
que detectar los individuos que por sus convicciones o por intereses son
imposibles de captar.
Habrá
excepciones pero los altos mando militares de Venezuela están politizados o
corrompidos por los favores que les otorga el Ejecutivo. El número de oficiales
superiores que prestan servicios en las diferentes ramas de la administración
pública es muy elevado, una situación similar a la cubana.
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